Una prueba de ADN reveló que en realidad se trataba de una loba ibérica. Incluso, tuvo tres crías con un perro.
El sorprendente caso ocurrió en Orense, España.
Michel, un ciudadano alemán, pensó que su mascota era una perra de raza lobo checo.
Sin embargo, al practicarle unos exámenes, descubrió la verdad: era una loba ibérica, por lo que tomó la dura decisión de entregarla a las autoridades junto a sus crías híbridas.
Publicidad
Ahora los animales están bajo el cuidado del Servicio de Patrimonio Natural de la Consellería de Medio Ambiente de la Xunta de Galicia.
Animalistas sugieren enviarlos a un santuario en Estados Unidos.
Publicidad