La decisión fue tomada por la Conferencia Episcopal que busca hacer cada vez más visible "la división entre la religión y la política".
Desde la última dictadura en Argentina, la Iglesia católica recibía una partida presupuestal del Estado en forma de asignaciones a los obispados, becas para los seminaristas y parroquias de frontera. Tan solo en 2018, el gobierno de Mauricio Macri destinó para la institución alrededor de 130 millones de pesos argentino (3,5 millones de dólares).
A pesar de ser un gran monto, la Iglesia católica de Argentina ha decidido renunciar a ese dinero. Con esta acción, busca marcar una clara división entre lo que es la religión y el Estado.
“Los obispos reunidos en la 116 Asamblea Plenaria han confirmado aceptar el reemplazo gradual de los aportes del Estado por alternativas basadas en la solidaridad de las comunidades y de los fieles”, aseguró la Conferencia Episcopal Argentina a través de un comunicado.
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Aunque es una gran suma, para la comunidad católica argentina solo ha sido un acto simbólico puesto que solo representa el 7% de los recursos que disponen cada año.
Son varias las razones por las que se tomó la decisión. Una de las principales es que la congregación había sido criticada por recibir dinero del Estado y a la misma vez oponerse al proyecto de ley impulsado por el propio gobierno que buscaba despenalizar completamente el aborto.
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También, el “cisma” se dio porque la iglesia, cercana al peronismo y al kirchnerismo, ha chocado en reiteradas ocasiones con el gobierno de Mauricio Macri, caracterizado por su accionar conservador.
Son varias las ocasiones en las que, desde el púlpito, clérigos han proferido comentarios críticos contra el gobierno actual. Uno de los casos más emblemáticos fue una misa en Luján en la que participaron una multitud de sindicalistas opositores al macrismo.
En la eucaristía, el obispo Agustín Radrizzani hizo comentarios que condenaban claramente las acciones presidenciales como el desempeño en las finanzas, las injusticias sociales y la preferencia por la economía sobre el ser humano.
También vale recordar que el papa Francisco, quien tiene gran influencia en la iglesia argentina a pesar de su lejanía, fue cercano a los presidentes Néstor Kirchner y Cristina Fernández cuando este era cardenal en Buenos Aires.
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Más allá de las razones, la acción de rechazar el dinero estatal es un claro mensaje de que la Iglesia ha decidido sacrificar una parte ínfima de su presupuesto para partir cobijas con el gobierno de Mauricio Macri.