Contener y prevenir es la consigna que se repite desde Corea del Sur hasta el Reino Unido. Hay alarma en Europa por los rebrotes y la muerte que se instala por el coronavirus en Sudáfrica.
Encerrados y confinados en altamar: así permanecen al menos seis barcos en aguas de Hong Kong luego de que se reportaran casos positivos de COVID-19 en las embarcaciones.
En ese territorio, las autoridades informaron en las últimas 24 horas 123 nuevos contagios, en su mayoría de transmisión local.
Un escenario que se repite, con menor cantidad de casos, en China con 34 confirmados en mayor proporción de las regiones de Sinkiang y Liaoning.
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En tanto, Corea del Sur hoy reportó el mayor repunte de casos en un solo día: 113 pacientes, la cifra más alta desde finales de marzo.
“Hay 27 nuevos casos internos confirmados. 86 casos provienen de afluencias en el extranjero, incluidos 36 trabajadores coreanos de Irak y 32 tripulaciones rusas”, señaló Kwon Jun-wook, director del centro de control de enfermedades.
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Desde Alemania, las autoridades gubernamentales aseguran que ya viven una segunda ola del virus, con las regiones de Renania del Norte-Westfalia y Baden-Wurtemberg como las más afectadas.
Mientras que en Londres cientos de personas volvieron a disfrutar de los gimnasios y las piscinas, después de que el primer ministro Boris Johnson reconociera el poco entendimiento que se tuvo en un inicio del coronavirus con su aparición en el país.
“Creo que probablemente lo único que no vimos al principio fue el grado en que se transmitía asintomáticamente de persona a persona”, aseguró.
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Inglaterra es el primer país de Europa con más muertes, un triste lugar que comparte con Sudáfrica, la nación más afectada en ese continente.
Desde el aire se ven las largas filas que hay para ingresar los cientos de cuerpos que ahora llegan a un cementerio cercano a la capital. En ese país ya lloran a más de 6 mil personas.
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