India reabrió el icónico Taj Mahal, ubicado en la ciudad de Agra, a pesar del informe de las autoridades en el que hubo 86.961 nuevas infecciones por COVID-19 en todo el país y sin signos a la vista de la llegada de un pico.
El número de visitantes diarios se ha limitado a 5.000, frente a un promedio de 20.000 antes de la pandemia.
Después de un cierre estricto en marzo, el primer ministro de India, Narendra Modi, está reacio a decretar nuevamente cierres a pesar de los increíbles números de contagios. El recuento de infecciones por COVID-19 es de 5,49 millones de infecciones.
Entretanto, es posible que Gran Bretaña enfrente una tasa de muerte creciente en unas semanas a menos que el gobierno del primer ministro, Boris Johnson, actúe con urgencia para detener una segunda ola del brote que se propaga rápidamente.
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“Por el momento, creemos que la epidemia se duplica aproximadamente cada siete días”, indicó Patrick Wallace, asesor científico del gobierno de Reino Unido.
Mientras los ingleses piensan en la reimposición de algún tipo de confinamiento, en Nueva Zelanda la primera ministra, Jacinda Ardern, levantó las restricciones en todo el país, menos en los puntos de los rebrotes de Auckland.
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“Nuestras acciones colectivas han logrado tener el virus bajo control. Estamos en una posición sólida para dar nuestro próximo paso”, aseguró Ardern.
En la capital, Wellington, ya son permitidas reuniones de hasta 100 personas. Nueva Zelanda tuvo un nuevo brote en agosto lo que llevó al gobierno a poner la ciudad nuevamente en restricción.