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Lo que hay detrás de la renuncia del portavoz de la Casa Blanca, Sean Spicer

Lo que hay detrás de la renuncia del portavoz de la Casa Blanca, Sean Spicer

Lo hizo en desacuerdo con la decisión del presidente Donald Trump de nombrar a un nuevo jefe de comunicaciones, según medios locales.

Spicer, de 45 años, se tornó una figura notoria por el espíritu agresivo con que defendió las decisiones del gobierno. Según la prensa, decidió dar el paso ante el anuncio de que Anthony Scaramucci será el nuevo jefe de comunicaciones de la Casa Blanca.

En su primera comparecencia pública, Scaramucci negó que haya tensiones internas en la Casa Blanca, ya que la "cultura" del equipo es "poner por delante la agenda del presidente".

"No tengo ninguna fricción con Sean" y tampoco con el jefe del gabinete, Reince Priebus, dejó claro Scaramucci. "Con Reince somos un poco como hermanos, inclusive a veces jugamos duro como hacen los hermanos", añadió.

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La dirección de Comunicaciones de la Casa Blanca estaba vacante desde mayo, cuando Michael Dubke entregó su carta de dimisión alegando "motivos personales".

Desde su salida, Spicer había asumido interinamente las funciones.

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En la estructura de la Casa Blanca, la oficina de Scaramucci es la que diseña la estrategia de comunicaciones de la presidencia, aunque el portavoz es el rostro visible encargado de aplicar esa línea comunicacional.

Scaramucci confirmó este mismo viernes a Sarah Huckabee Sanders como nueva portavoz de la Casa Blanca, quien se desempeñaba como adjunta de Spicer.

Defensa agresiva

Desde la primera conferencia de prensa --un día después de la ceremonia de investidura de Trump--, Spicer se hizo notorio por la agresividad con que defendió las acciones oficiales y la propia figura del presidente.

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El entusiasmo lo llevó a formular declaraciones de elevado voltaje --y provocar alguna polémica--, como cuando dijo que el mandatario sirio Bachar al Asad es peor que Adolf Hitler, que "no usó gas venenoso contra sus adversarios".

Las extraordinarias comparecencias de Spicer, que diariamente generaban sorpresa e incredulidad, llevaron a una asesora directa de Trump, Kellyanne Conway, a afirmar que la Casa Blanca se concentraba en "hechos alternativos" y que no eran mentiras.

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La salida de Spicer dando un portazo ocurre en un momento de extrema delicadeza para Trump, quien en la última semana usó su ametralladora verbal en todas direcciones.

En los últimos días criticó ásperamente en la prensa a su propio secretario de Justicia, Jeff Sessions, por haber decidido recusarse de cualquier investigación que su departamento conduce sobre las eventuales relaciones de Trump y Rusia en las elecciones de 2016.

También emitió una velada alerta contra el fiscal especial a cargo de esas investigaciones, Robert Mueller, caso decida investigar las finanzas de la familia Trump.

Abogado también renuncia

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Trump no comenzó con buen pie la jornada, con la dimisión de un importante miembro de su equipo de abogados.

Mark Corallo, que coordinó la comunicación externa del equipo legal de Trump frente a la crisis, informó en un correo que había renunciado al cargo. No se conocen sus razones.

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El centro de la controversia sigue siendo la investigación que el discreto Mueller conduce sobre la supuesta complicidad de la campaña electoral de Trump con Rusia para incidir en las elecciones presidenciales del año pasado.

En ese sentido, las explosivas declaraciones de Trump sobre Mueller (un respetado exdirector del FBI) fueron vistas como una tentativa de delimitar el terreno en torno del presidente.

Trump, por ejemplo, sugirió que Mueller podría estar movido por intereses contradictorios, revelando que llegó a entrevistarlo en mayo para retornar al frente del FBI, después del sumario despido de James Comey.

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