El anhelo de ser futbolistas en Cádiz, llevó a siete jóvenes colombianos a caer en una red de explotación sexual, que buscaba víctimas especialmente en Suramérica.
Les ofrecían contratos de fútbol en ligas inferiores y aseguraban que eso les permitiría remediar los problemas económicos por los que pasaban sus familias.
“Para hacer más creíble el engaño, estas personas tenían que sufragar los gastos que les iba a ocasionar el venir aquí”, contó Manuel González, portavoz de la Guardia Civil de Cádiz.
Tuvieron que pagar cerca de 8.000 dólares, cada uno (un poco más de 30 millones de pesos) para llegar hasta allá, por lo que las familias de los siete jóvenes llegaron, incluso, a recurrir a préstamos.
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Pero a su llegada se daban cuenta de que todo era lejos de la realidad que les habían prometido.
“Eran recogidos en el aeropuerto, los trasladaban y hacinaban en un piso con unas condiciones que tienen poco de salubridad”, continuó González.
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Todo el dinero que recolectaban era para la organización criminal, por lo que estaban prácticamente en situación de pobreza. Para recolectar el monto que les exigían, tenían dos opciones: mendigar o prostituirse.
Los investigadores descubrieron cómo la organización enviaba a sus captores a diferentes países de Suramérica y así dieron con la banda.
Los siete jóvenes fueron liberados y están siendo asistidos por las autoridades. Tres hombres españoles fueron capturados.