
La tranquila comunidad de Mount Waverley, en Melbourne, Australia, quedó sacudida por un macabro hallazgo que acapara la atención nacional e internacional. La noche del lunes 11 de agosto, la policía australiana encontró sin vida a Athena Georgopoulos, de 39 años y con cinco meses de embarazo, junto a su pareja, Andrew Gunn, de 50 años, en el interior de una vivienda marcada por escenas de violencia extrema y misteriosos grafitis.
De acuerdo con las autoridades, los agentes llegaron a la propiedad de Adrienne Crescent tras recibir dos llamadas de vecinos alertando sobre gritos desesperados que provenían del lugar. Minutos después, irrumpieron y encontraron el cadáver de Athena junto al cuerpo decapitado de Andrew, cuya cabeza habría sido presuntamente clavada en un palo.
Athena, quien vivía con su madre, Petty Dilveridis, se encontraba en una etapa de su vida marcada por la ilusión de ser madre por primera vez, algo que, según su tía Patty, había creído imposible. “Ella estaba tan ansiosa por tener un bebé, nunca pensó que podría tener uno”, expresó en declaraciones al Herald Sun. Su familia, especialmente su madre, quedó devastada por la tragedia.
Misteriosos y amenazantes grafitis, claves en la investigación
Además del trágico hallazgo en la casa, algo que llamó la atención a los policías es que en las paredes exteriores de la vivienda habían grafitis pintados con aerosol en tonos amarillos, verdes y negros, con mensajes agresivos como: “Eres gay”, “Ya basta”, “Traición” y “Karma”. Ahora investigan si estos escritos están vinculados con el doble homicidio.
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Athena fue criada en Melbourne en el seno de una familia griega numerosa y afectuosa, creció rodeada de primos, tíos y amigos que la acompañaron en cada etapa de su vida. Hija de inmigrantes, vivió primero con su padre y, más tarde, con su madre, Petty Georgopoulos, tras la separación de sus progenitores.
La mujer mantenía desde hacía varios años una relación con Andrew Gunn, a quien su madre recuerda como un hombre atento y profundamente enamorado de ella. Hacía poco, Athena había conocido a los padres de Andrew, en medio de una visita motivada por la noticia de su embarazo.
Un capturado por los hechos
Un hombre sin hogar de 34 años, conocido de la pareja, fue arrestado en la madrugada del martes en la estación de tren de Westall, a apenas seis kilómetros de la escena del crimen. Por el momento no ha sido acusado formalmente, pero permanece bajo custodia mientras se investiga su posible participación. La policía aclaró que no busca a otras personas en relación con el caso y confirmó que se utilizó un arma, aunque no fue un arma de fuego.
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Las autoridades aún no han establecido un motivo claro, aunque medios locales sugieren que el doble asesinato podría tener relación con drogas. El inspector detective Dean Thomas, de la Brigada de Homicidios, explicó que la primera llamada de auxilio se consideró un control de bienestar, pero una segunda comunicación elevó la urgencia de la intervención.
La calle permanece acordonada mientras los peritos forenses y detectives continúan examinando la propiedad. La autopsia de las víctimas se llevará a cabo el miércoles y podría aportar información clave sobre las circunstancias del crimen.
El portavoz de la Policía de Victoria confirmó que se analiza la relevancia de los grafitis en la investigación: “Los detectives trabajarán para determinar si los mensajes tienen conexión directa con el doble homicidio”.
Por ahora, el caso combina elementos de brutalidad extrema, misterio y posibles vínculos personales o criminales que podrían ser determinantes para esclarecer qué llevó a la violenta muerte de una mujer embarazada y su pareja en un barrio residencial de Melbourne.
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MARÍA PAULA GONZÁLEZ
PERIODISTA DIGITAL DE NOTICIAS CARACOL