Reem El-Khouly es la niña de 12 años que, ante el cierre de las escuelas por el coronavirus en Egipto, decidió convertirse en la profesora de sus vecinitos. En algunos casos llega a tener hasta 30 estudiantes.
“Cuando vi a los niños jugando en la calle, una vez que cerraron las escuelas por el coronavirus, pensé que en lugar de eso les podía enseñar”, dice.
Ese entusiasmo se lo transmite a los más pequeños, que no dejan de agradecerle.
Al principio les enseñaba con un cuaderno, pero una empresa local le donó el tablero y los marcadores para facilitar su entregada labor.
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Si algo le trajo a Reem la pandemia fue una certeza: cuando grande será maestra.