Puso deliberadamente una enorme cantidad de sal en la comida del niño y lo obligó a consumirla. Al parecer, también lo golpeaba con un cinturón.
Yana Deinesh, de 25 años, estaba cuidando al bebé cuando este empezó a llorar. Como ella “estaba de mal humor”, según dijo, vertió y mezcló casi la mitad de un paquete de sal en la comida del pequeño y lo alimentó a la fuerza.
Aunque no hubo reacción inmediata, poco después, el niño se sintió enfermo y perdió el conocimiento.
La niñera llegó con el menor a la sala de urgencias donde, por su condición crítica, fue atendido inmediatamente. Los médicos intentaron salvarle la vida, pero murió a causa de la intoxicación por sal.
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El incidente tuvo lugar en la aldea de Kholmogory, en el noroeste de Rusia. Los informes locales han indicado que Deinesh argumentó que lo hizo porque el niño “necesitaba ser castigado”.
Los investigadores dicen que la víctima se vio obligada a ingerir al menos 50 gramos de sal, como resultado, la dosis en el cuerpo del niño superó los niveles normales en 60 veces.
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Deinesh fue arrestada y luego confesó que “no había pensado en las consecuencias de sus acciones y no quería que el niño muriera”.
El fiscal Vadim Kuchin declaró a medios que “incluso un adulto no puede comer tanta cantidad de sal voluntariamente” y agregó que “la víctima fue obligada a comerla y el acusado lo alimentó deliberadamente. Este es un uso violento deliberado”.
El Tribunal interpretó el caso como un asesinato, por lo que Yana Deinesh fue condenada a 14 años de prisión.