Poco después del amanecer, un baño de sangre opacó el tradicional rezo de la comunidad islámica en El Cairo.
Amr Saeed, partidario de Mursi, relató: “Estábamos orando cuando el Ejército llegó con dos vehículos blindados, dos tanques y tropas, cerraron la puerta y lanzaron bombas y municiones”.
Según los seguidores del derrocado presidente, esto ocurrió en las afueras de la guardia republicana, donde se presume se encuentra detenido Mursi.
Los Hermanos Musulmanes invitaron a los manifestantes a rebelarse contra el Ejército y mostraron supuestos videos de la masacre.
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Por su parte, el Ejército negó las acusaciones y aseguró que un grupo de hombres armados intentaba entrar en el edificio y que, al fracasar por la gran presencia de fuerzas de seguridad, disparó indiscriminadamente contra los manifestantes para causar caos.