De igual forma, Francisco anunció que inicia la “limpieza” de la Iglesia católica en ese país, que se ha visto envuelta en una ola de escándalos.
El pontífice aceptó la dimisión presentada por el obispo de Osorno, Juan Barros; de Valparaíso, Gonzalo Duarte García de Cortázar, y de Puerto Montt, Cristián Caro Cordero, tras el escándalo en Chile por la falta de transparencia de la Iglesia en la gestión de casos de abusos sexuales a menores, informó la Santa Sede.
Las renuncias se producen después de la investigación que ordenó el papa en Chile y que corrió a cargo del obispo maltés Charles Scicluna.
El pasado mayo, el jerarca de la Iglesia católica mandó llamar a 34 obispos chilenos al Vaticano, que presentaron su renuncia en bloque de sus cargos tras reconocer que habían cometido "graves errores y omisiones".
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Ahora, Francisco ha aceptado por el momento las renuncias de estos tres religiosos chilenos y ha nombrado administradores apostólicos "sede plena" en las tres diócesis.
Durante su viaje a Chile en enero de este año, Francisco había defendido a Barros, considerado uno de los encubridores del cura Fernando Karadima, condenado en 2011 por la Justicia canónica a una vida de reclusión y penitencia por violaciones y abusos sexuales a menores y las ramificaciones del caso.
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Pero a su regreso al Vaticano, Jorge Bergoglio ordenó desarrollar una investigación y tras conocer los resultados dijo que había sido mal informado, pidió perdón a todas las víctimas y recibió a alguna de ellas en el Vaticano.
El pontifice ha nombrado en estas tres diócesis a un administrador apostólico "sede plena": En Puerto Montt (sur) ha designado a Ricardo Basilio Morales Galindo; en Valparaíso (centro), a Pedro Mario Ossandón Buljevic; y en Osorno (sur), a Jorge Enrique Conchua Cayuqueo, los dos últimos son obispos auxiliares de Santiago de Chile.
Según el Directorio para el Ministerio Pastoral de los Obispos "Apostolorum Successores", "en circunstancias particulares, la Santa Sede puede, de manera extraordinaria, disponer que en una diócesis sea nombrado un administrador apostólico sede plena".
"En tal caso, el obispo diocesano colabora, en cuanto le compete, al pleno, libre y sereno cumplimiento del mandato del administrador apostólico", se explica.
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Esta fórmula también ha sido recientemente utilizada por el papa en Australia, en la archidiócesis de Adelaida, donde ha nombrado a Gregory O'Kelly administrador apostólico "sede plena", después de que su arzobispo, Philip Wilson, fuera declarado culpable por encubrir los abusos cometidos por un cura en la década de 1970.
En Chile, estas renuncias se producen después de los escándalos por abusos a menores por parte de religiosos y la falta de transparencia en la Iglesia católica en su gestión.
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A principios de mayo, el papa recibió en el Vaticano a Juan Carlos Cruz, James Hamilton y José Andrés Murillo, tres víctimas de Karadima que en los últimos tiempos han luchado para que se haga justicia.
Francisco les pidió perdón en nombre propio y de la Iglesia y ellos a su vez le solicitaron que esas palabras se transformaran en "acciones ejemplares" para acabar con la pederastia.
Este mes, Francisco volvió a abrir las puertas de su residencia, Casa Santa Marta, para reunirse con otro grupo de víctimas de abusos en su infancia.
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