El jugoso premio de casi US$32 millones tentó a algunos propietarios a hacer trampa. Les inyectaron la sustancia en labios y mandíbula para hacerlos más guapos.
El singular certamen, en el que participaron cerca de 30.000 camellos, ha generado polémica.
Movimientos animalistas en diferentes lugares del mundo se han pronunciado y rechazan el llamado King Abdulaziz Camel Festival.