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La viruela del mono, también conocida como mpox, es una enfermedad zoonótica provocada por el virus de la viruela símica, que pertenece al género orthopoxvirus, al igual que el agente causante de la viruela humana. Aunque este patógeno es menos letal que el de la viruela humana, su reciente resurgimiento ha generado preocupación debido a su capacidad para diseminarse rápidamente y causar brotes significativos. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha implementado diversas medidas para evitar su propagación en caso de brotes.
La transmisión de la enfermedad ocurre principalmente a través del contacto con fluidos corporales, lesiones en la piel o materiales contaminados. Los síntomas de la viruela del mono incluyen fiebre, dolor de cabeza, dolores musculares y una erupción cutánea característica.
La vacunación es la herramienta más eficaz para prevenir la viruela. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda inmunización masiva en áreas de alto riesgo. La inyección contra la viruela humana ha demostrado ser altamente efectiva, proporcionando protección a largo plazo.
Refuerzos de vacunación
Para mantener la inmunidad es crucial administrar dosis de refuerzo según las indicaciones de las autoridades sanitarias. Esto es especialmente importante en poblaciones vulnerables, como niños y personas con sistemas inmunitarios comprometidos.
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El aislamiento de los casos confirmados y la cuarentena de los contactos cercanos son esenciales para evitar la propagación de la viruela.