En medio de los embates de la pandemia, universidades y colegios de Estados Unidos enfrentan una presión sin precedentes por parte de la administración de Donald Trump.
Les exige reabrir sus salones e, incluso, amenaza con recortar recursos. Para él no hay excusa válida para que sigan cerradas.
“Queremos que las escuelas abran. Estamos descubriendo que aprender por computador no es tan bueno como aprender en el salón o aprender en el campus", indicó Trump.
Por las buenas o por las malas, esa ha sido la campaña que ha emprendido su administración para que este semestre que comienza en Estados Unidos retome la normalidad en los salones de clase, desatando un pulso con instituciones de educación superior.
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Harvard y MIT presentaron una demanda en contra del gobierno por la nueva directriz que suspende las visas a los estudiantes cuyas universidades no tendrán clases presenciales.
Ampliando el frente de batalla, Trump amenazó con recortar los recursos federales a los colegios que no reabran e, incluso, desconoció las directrices que el Centro para el Control de Enfermedades, entidad de su mismo gobierno, expidió para el proceso de reapertura de los colegios.
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Funcionarios de la Casa Blanca aseguraron que al sector de la población que menor cantidad de pruebas se le han realizado es a los menores de diez años, por ello, aclaran que no pueden concluir si los niños transmiten el virus más fácil o no.