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El hallazgo de los cuerpos sin vida de Morena Verri, Brenda Loreley Del Castillo y Lara Morena Gutiérrez, de 20, 20 y 15 años respectivamente, en una vivienda alquilada de Florencio Varela desató conmoción nacional en Argentina y reavivó el debate sobre la violencia machista en contextos atravesados por el narcotráfico. Las tres jóvenes estaban desaparecidas desde el viernes en la noche y fueron encontradas durante la madrugada del miércoles, enterradas en el patio de una casa que había sido acondicionada para ocultar el crimen.
De acuerdo con la reconstrucción de la UFI Descentralizada N.° 2 de La Matanza, las víctimas fueron vistas por última vez al subir a una camioneta Chevrolet Tracker blanca en una estación de servicio de La Tablada, alrededor de las 21:30 del viernes. Según la investigación, las jóvenes creían haber sido invitadas a una fiesta. Sin embargo, se trataba de una trampa orquestada por una organización narco transnacional con base en el barrio 1-11-14 de Bajo Flores, en la Ciudad de Buenos Aires.
El ministro de Seguridad bonaerense, Javier Alonso, señaló que se trató de una “estrategia planificada para asesinarlas como parte de una venganza narco”. La fiscalía trabaja bajo secreto de sumario y con apoyo de la Procuraduría de Narcocriminalidad (PROCUNAR).
La pista clave provino de cámaras de seguridad y de los celulares de las jóvenes, que permitieron rastrear el recorrido de la camioneta hasta Florencio Varela. Tras un allanamiento en la vivienda señalada, la policía detectó olor a cloro, manchas hepáticas y tierra recientemente removida en el patio. Cerca de las dos de la madrugada del miércoles 24 de septiembre, encontraron los cuerpos.
Las autopsias confirmaron que las tres fueron asesinadas la misma noche en que desaparecieron. Una de ellas sufrió fractura de cráneo, otra un corte abdominal postmortem, mientras que la tercera presentó múltiples golpes, heridas de arma blanca y signos de intento de incineración. La brutalidad del crimen evidenció una intención de tortura y escarmiento.
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En el operativo fueron detenidas cuatro personas, incluidos los dueños de la casa y dos hombres hallados en el lugar durante el allanamiento. Están acusados de homicidio agravado, pero las autoridades sostienen que hay más implicados. “Se trata de una trama mayor vinculada al narcotráfico; hay información que no podemos revelar por ahora”, advirtió Alonso.
La investigación apunta además a que la sesión de tortura fue transmitida en vivo por TikTok a miembros de la organización en Villa Zabaleta, bajo el mensaje: “Miren lo que les pasa a los que nos roban”.
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El gobernador bonaerense, Axel Kicillof, condenó el crimen y lo vinculó a la violencia machista ejercida por organizaciones criminales: “El narcotráfico no conoce de fronteras ni jurisdicciones y se vale de todas las formas de violencia, incluida la violencia de género”.
Por su parte, el Ministerio de Mujeres y Diversidad de la Provincia de Buenos Aires afirmó en un comunicado que los femicidios son “la expresión más extrema de la violencia de género y, en contextos de narco criminalidad, una descarnada manifestación de deshumanización y descarte”. La cartera dirigida por Estela Díaz exigió un proceso judicial con perspectiva de género.
Mientras tanto, colectivos feministas convocaron marchas en distintos puntos del país. Las primeras movilizaciones se realizaron en La Tablada de donde eran oriundas las jóvenes, en La Plata y en Plaza Flores (CABA), donde trabajaban. Las calles se llenaron de carteles con el grito de “Justicia para Morena, Brenda y Lara”.
El ministro Alonso advirtió que la investigación continuará para dar con los responsables intelectuales. La quema de la camioneta utilizada para trasladar a las jóvenes, hallada destruida a pocas cuadras de la casa, refuerza la hipótesis de una planificación destinada a borrar huellas.
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