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Fragmentos humanos hallados podrían corresponder a dos chicas de 15 años, en cuyas desapariciones se mencionó a mafiosos, políticos y sacerdotes.
Un trabajo rutinario de reformas en la Nunciatura vaticana en Roma, es decir en la embajada de la Santa Sede ante el Gobierno italiano, produjo un inesperado descubrimiento.
Bajo el suelo de un sótano hallaron fragmentos de huesos humanos.
Aunque aún no han sido identificados ni hay indicios claros, de inmediato la prensa italiana trazó nexos con un misterio que está abierto hace 35 años: ¿qué pasó con Emanuela Orlandi?
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La joven de 15 años es hoy considerada la desaparecida más famosa de Italia pues su caso involucró a la mafia y hasta a los servicios secretos.
Se perdió su rastro una tarde de junio de 1983 al salir de una clase de flauta en la plaza Navona.
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Era hija de uno de los asistentes del papa Juan Pablo II y en su momento se aseguró que se trataba de un chantaje al Vaticano por información delicada que, en teoría, conocía su padre.
Se especula que un sacerdote investigado por la desaparición trabajaba en la Nunciatura. El caso salpicó a altos personajes de la política, el crimen y la Iglesia.
Durante años, todos los esfuerzos por dar con su paradero terminaron en fracaso y se convirtieron más bien en un cuasi guion cinematográfico.
Por ahora, los primeros resultados apuntan a que habría restos de dos mujeres distintas. Entonces surge también el nombre de Mirella Gregori, otra niña de 15 años, que desapareció el mismo año.
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Los forenses, que están haciendo cotejos de ADN, tienen en sus manos las respuestas y antes de revelarlas se tomarán por lo menos diez días.
Vaticano, Iglesia católica, Nunciatura, desapariciones, Italia
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