El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, debería "aprender" de sus colegas Ollanta Humala y Sebastián Piñera, sobre respeto al derecho internacional, opinaron hoy algunos juristas nicaragüenses, a raíz del fallo de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) sobre un litigio entre Perú y Chile.
"Ojalá que el presidente Santos, que escamotea el Estado de Derecho internacional, aprenda de esa actitud ejemplar que están dando sus colegas de Perú y Chile", dijo a Efe el doctor en derecho internacional Norman Miranda.
Tanto Humala como Piñera habían anunciado que respetarían la decisión de la CIJ, emitida la mañana de este lunes, decisión que confirmaron tras el fallo.
Caso contrario fue el de Santos, que aún no reconoce el fallo del 19 de noviembre de 2012, en el que la CIJ restituyó a Nicaragua un área que Managua calcula en más de 90.000 kilómetros cuadrados en el mar Caribe, y que Bogotá establece en 75.000 kilómetros cuadrados.
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"Hay 11 casos pendientes en la Corte, cinco de ellos en América Latina, el presidente Santos, en su actitud de rechazo a la sentencia de 2012, pudo haber causado una falta de credibilidad en la jurisdicción de la CIJ, por eso la actitud de Humala y Piñera es un hito muy importante", insistió Miranda.
"Eso sienta un gran ejemplo para Colombia, que dos Estados, independientemente de cuál sea el resultado del fallo de la CIJ, por medio de sus presidentes, han ofrecido el cumplimiento de esta sentencia", dijo el rector de la universidad American College y experto en derecho internacional, Mauricio Herdocia, a periodistas.
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El catedrático dijo que ahora queda esperar "que Colombia siga ese ejemplo y se pueda fortalecer el respeto en América Latina al derecho internacional".
Miranda recordó que Colombia, además de acatar el fallo de 2012, tiene pendiente la demanda interpuesta por Nicaragua el 22 de noviembre pasado, por desobedecer la orden judicial de la misma CIJ.
En su última sentencia, la CIJ confirmó la línea fronteriza trazada previamente por Chile hasta las 80 millas náuticas desde la línea costera, y otorgó un área de exclusividad económica para Perú más allá de esa distancia, hasta las 200 millas náuticas.