Amy Sharp, una joven australiana que cumplía una condena por vandalismo en un centro de detención logró fugarse el 18 de agosto aprovechando un descuido de los guardianes.
En medio del desconocimiento de su familia y allegados, la joven regresó a la libertad sin que nadie se atreviera a dar luces de su paradero.
Por eso las autoridades decidieron hacer públicas las fotos que le tomaron antes de ingresar a prisión, para que cualquier persona que la viera lo reportara. Las imágenes fueron difundidas por el canal ‘7 News Sidney’.
Lo insólito de la historia es que fue la misma Amy Sharp quien se puso en contacto con el canal, a través de Facebook, para pedir que no utilizaran las fotos en las que aparecía llorando aropada con una manta.
La joven no tuvo una mejor idea que pedir que sus fotos fueran reemplazaadas por otra, en la que se aprecia sonriente. Esa fue su perdición.
“¿Pueden utilizar esta foto? Por favor, gracias”, escribió la prófuga a manera de burla, en un comentario que acumuló 50.000 me gusta en menos de 24 horas.
Apenas la publicación se hizo viral, gracias a un minucioso rastreo, la joven fue apresada de nuevo.
“La Policía halló la forma de atrapar delincuentes. Solo es emplear una foto fea y los delincuentes aparecerán para darte una mejor”, comentó un usuario de redes sociales.