Un lamentable caso de abandono tiene conmocionados a los habitantes de Pensilvania, en Estados Unidos, luego de que las autoridades encontraran a siete niños, de entre 4 y 16 años, viviendo en condiciones deplorables al interior de un tráiler, en el municipio de West Rockhill Township, condado de Bucks.
Luego de que un vecino alertara la situación, oficiales de la policía se dirigieron a la vivienda para comprobar las denuncias del ciudadano. Cuando las autoridades llegaron al lugar encontraron a una niña de 12 años en un tráiler abandonado, quien les comentó que estaba buscando una cobija para “mantener a sus ratas calientes”, porque su familia no tenía suficiente dinero.
En la misma zona, los uniformados encontraron a otra niña de 14 años, hermana de la primera que hallaron. Según el relato de los oficiales, ambas menores estaban muy mal vestidas y aparentemente sucias, así que les pidieron que los llevaran con sus padres, que vivían en un tráiler vecino.
Al ingresar en el remolque, las autoridades encontraron con “una escena sacada de una pesadilla”. De acuerdo con su declaración, las paredes de la propiedad estaban llenas de agujeros, la basura cubría el piso y la mitad inferior de la puerta del baño era inexistente.
En los informes entregados por la policía, acompañado de imágenes, dijeron que la habitación de las niñas que los guiaron al lugar estaba rodeada de jaulas de animales y tenían sábanas sin lavar durante semanas. Asimismo, se encontró una lavadora rota, llena de ropa sucia y basura, que obstruía el paso a una segunda habitación también desordenada.
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Sin embargo, el descubrimiento más aterrador fue cuando entraron en el tercer dormitorio, ya que, según cuentan, había heces en el suelo cerca de la entrada y un colchón sucio, cubierto con una cobija contaminada con materia fecal, en el centro de la habitación. Allí también encontraron ratas hacinadas en jaulas.
Las condiciones de la casa y la falta de productos de higiene o alimentos demostraron la insalubridad en la que vivían los niños, que presentaban un alto grado de desnutrición.
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Cuando los pequeños fueron examinados en un hospital cercano, los médicos descubrieron que varios de ellos presentaban problemas de salud como función renal baja, fiebre, síndrome viral agudo y COVID-19. Además, uno de los niños tenía el cabello infestado de gusanos.
Los siete menores fueron colocados en hogares de cuidado para mejorar sus condiciones de vida. En ese proceso, las autoridades descubrieron que ninguno había recibido algún tipo de educación formal, así que carecían de los conocimientos más básicos. Tampoco sabían la fecha de su cumpleaños y cuatro de ellos tenían impedimentos para hablar.
Los padres, identificados como Shane y Crystal Robertson, de 47 y 37 años respectivamente, fueron arrestados y acusados de poner en peligro el bienestar de los niños.