Habría acabado con la vida de su novio en complicidad de un amante, también uniformado. Dicen que al llegar a prisión empezó a buscar con urgencia un sicario.
La historia de Rosa Peral ocupa las primeras planas de los principales diarios de España. La acusada, hasta hace pocos meses, integraba el cuerpo policial de Barcelona. La crueldad y el cinismo de la novela judicial han sorprendido al país ibérico.
Para muchos, Rosa Peral se ha convertido en un verdadero peligro para los hombres que tuvieron con ella alguna relación sentimental.
Según la investigación, en el homicidio de su novio, incineró el cadáver y lo escondió en una patrulla.
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Cuando el cuerpo carbonizado fue hallado, Rosa tuvo el descaro de pedir protección a las autoridades, ya que supuestamente quien habría asesinado a su pareja, también podía atacarla a ella.
Tras una investigación, la presunta homicida fue puesta tras las rejas. Sin embargo, apenas entró al penal empezó a buscar la manera de deshacerse de su exesposo. Así lo refirieron a las autoridades carcelarias otras reclusas.
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De acuerdo con los relatos, Rosa Peral ofrecía la suma de 30.000 euros (unos 90 millones de pesos colombianos) a quien lo asesinara.
Al parecer, el móvil de este nuevo crimen sería la custodia de las dos hijas que tienen. Presuntamente, se trataría de una retaliación a la negativa del progenitor de permitir que los padres de Rosa Peral puedan ver a las menores.
Tras ser de conocimiento los planes de la mujer, las autoridades brindaron protección al excónyuge y a las hijas.
El caso de Rosa se complica, ya que además de la gravedad de los cargos por asesinato se abre una nueva investigación por tentativa de homicidio.
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