Divulgación de una llamada y despido del jefe de gabinete Reince Priebus habrían sido determinantes en su salida de la Casa Blanca.
"¡No hay caos en CB!", afirmó Trump en Twitter al inicio de la jornada, para destacar la existencia de "mejores estadísticas económicas", "desempleo más bajo en 17 años", "aumento de salarios", "frontera segura".
Sin embargo, el mensaje presidencial de optimismo no sobrevivió a la realidad de la Casa Blanca, que había atravesado toda la semana pasada en medio de una espectacular controversia que tenía precisamente a Scaramucci como personaje central.
Scaramucci había sido señalado como responsable por el despido del jefe de gabinete, Reince Priebus, quien fue sustituido por el general John Kelly, secretario de Seguridad Interna.
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Kelly prestó juramento este lunes como nuevo jefe de Gabinete y, según fuentes coincidentes, su primera iniciativa fue pedir a Trump el despido inmediato de Scaramucci de la Casa Blanca.
De acuerdo con una escueta nota de la oficina de prensa de la Casa Blanca, Scaramucci "sintió que lo mejor era darle al jefe de Estado John Kelly un nuevo comienzo y la posibilidad de montar su propio equipo. Le deseamos lo mejor".
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Scaramucci, bajo la mira
Al ser nombrado Director de Comunicaciones de la Casa Blanca, Scaramucci aseguró que el presidente Trump lo había llamado para poner fin a las filtraciones a la prensa, pero su llegada a la Casa Blanca desató una feroz lucha intestina.
Su nombramiento provocó la renuncia inmediata del portavoz de la Casa Blanca, Sean Spicer, pero Scaramucci puso la mira en Priebus, al que acusaba de haber bloqueado el acceso a Trump y de ser el responsable por las filtraciones a la prensa.
Ya en su primer pronunciamiento público, Scaramucci había dejado claro que se reportaba "directamente al presidente", adelantando de esa forma que no pretendía discutir nada con Priebus.
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La semana pasada, Scaramucci mostró su musculatura cuando Trump anunció el despido de Priebus.
Sin embargo, la divulgación de una explosiva llamada de Scaramucci a un periodista, repleta de vulgaridades e insultos del más bajo nivel dirigidos a Priebus y a otros funcionarios de la Casa Blanca, pareció sellar su suerte.
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En esa llamada, Scaramucci adelantó que pretendía despedir a quien sea necesario en la Casa Blanca y definió a Priebus como un "puto esquizofrénico paranoide".
Luchas de poder
Al tomar juramento a Kelly este lunes como jefe de Gabinete, Trump expresó su convicción de que el general "hará un trabajo espectacular, no tengo ninguna duda".
En ese marco, Kelly tendrá por delante la descomunal tarea de poner punto final a las constantes luchas por el poder en el interior de la Casa Blanca.
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El gobierno había tenido días de pesadilla la semana pasada, ya que no solo la lucha intestina se tornó pública de una forma brutal, sino que además se registró el hundimiento en el Senado de su controvertido proyecto de reforma del sistema de seguros médicos.
Antes de ser escogido jefe de gabinete, Priebus se había desempeñado durante varios años como presidente del Comité Nacional del partido Republicano, de forma que su presencia en la Casa Blanca debía asegurar un aceitado canal de comunicación entre el gobierno y ese partido.
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Su salida de escena, sin embargo, abrió un interrogante sobre cómo el gobierno recompondrá ese diálogo con las bancadas conservadores en la Cámara de Representantes y el Senado.