En un accidente ocurrido en el interior de una vivienda ubicada en Florida, Estados Unidos, una bebé perdió cinco dedos
de sus manos tras ser mordida por un cachorro pitbull mientras su madre se encontraba en el baño de la propiedad. La mujer, de 21 años, fue acusada de negligencia infantil al dejar a su hija sola con el perro.
De acuerdo con la declaración jurada por la madre, identificada como Chloe Wisniewski, el accidente ocurrió cuando fue a tomar una “ducha rápida” y dejó a la bebé dentro de una cuna en la habitación donde también se encontraba el cachorro pitbull de tres meses. Sin embargo, poco después de ingresar al baño, la mujer escuchó unos gritos que la hicieron salir corriendo hacia el lugar de donde provenían.
Cuando llegó a la habitación, vio que Apolo, una mezcla de pitbull que recién había llevado a la casa, estaba “masticando” la mano de la pequeña. En una acción inmediata, la joven alejó a la mascota de su hija y envolvió sus heridas en un pañuelo mientras se comunicaba con las líneas de atención de emergencias.
La niña, originaria de Port Charlotte, fue trasladada en un avión médico al Hospital General de Tampa, donde los especialistas tomaron la decisión de amputarle tres dedos de la mano izquierda y dos de la mano derecha.
Como parte del protocolo, el perro fue puesto en cuarentena y transferido a la Liga de Bienestar Animal por los miembros del Control de Animales del condado de Charlotte.
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Por otro lado, el Departamento de Niños y Familias le realizó una serie de exámenes a la madre y descubrieron, a través de su orina, que era positiva para THC, un ingrediente activo de la marihuana.
Tras cuatro meses de investigación desde el incidente, que ocurrió el 15 de febrero, la Oficina del Sheriff determinó que la “desfiguración permanente” ocasionada a la pequeña fue producto de la “negligencia culpable” de Wisniewski, quien “no le brindó a la bebé el cuidado, la supervisión y los servicios necesarios para mantener su salud física”.
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Tras ser acusada por negligencia infantil, la acusada tuvo que pagar una fianza de 7.500 dólares y se le concedieron visitas supervisadas a su hija.
El gerente de la división de Control de Animales del condado, Brian Jones, calificó la situación como un “incidente extraño y muy desafortunado” y señaló que es el primer caso de este tipo que se presenta durante los 25 años que lleva trabajando en el departamento.
Finalmente, el cachorro pitbull fue reubicado con otra familia, ya que la dueña no mostró ningún interés en recuperarlo. Acorde con Jones, no hay leyes que requieran que un perro agresivo sea sacrificado después de morder a alguien, entonces pudo ser dado en adopción.