Los presidentes de ambos países reconocieron que sus relaciones están en el punto más bajo por cuenta de las sanciones que aprobó Washington contra Moscú.
Donald Trump desató su ira contra la investigación sobre la supuesta injerencia rusa en las elecciones estadounidenses de 2016, tras reportes en los medios estadounidenses de la constitución de un jurado popular, un paso hacia posibles acusaciones penales.
"La historia rusa es todo un invento", dijo Trump la noche del jueves ante una multitud de sus seguidores en Virginia Occidental (este), acusando a sus rivales demócratas de solo hablar de este tema porque "no tienen mensaje, ni agenda ni visión".
Según el Wall Street Journal, así como The Washington Post y The New York Times, el fiscal especial Robert Mueller, que lidera la investigación sobre las acusaciones de injerencia rusa durante la campaña electoral y las sospechas de colusión entre el comité de campaña del candidato Trump y Moscú, constituyó un jurado popular.
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Según el WSJ, este 'grand jury' -un grupo compuesto por ciudadanos que deliberará en secreto para determinar si los elementos presentados por el fiscal pueden dar lugar a una acusación- fue formado en "semanas recientes".
"Escalada importante"
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"Es una escalada importante del proceso" judicial en el caso ruso", dijo Bradley Moss, un abogado estadounidense especializado en seguridad nacional.
"No se constituye un grand jury al menos que la investigación haya puesto en evidencia suficientes elementos que se piense reflejan una violación de al menos una, sino más, disposiciones penales", apuntó.
El abogado del presidente Trump, Ty Cobb, declaró no tener conocimiento de la constitución del jurado popular, afirmando que la "Casa Blanca está a favor de cualquier cosa que acelere la conclusión" de este asunto y que el Ejecutivo está "comprometido a cooperar completamente" con Mueller.
La portavoz de la Casa Blanca, Sarah Huckabee Sanders reiteró que "el exdirector del FBI James Comey dijo tres veces que el presidente no era objeto de la investigación y nosotros no tenemos ninguna razón para creer que eso cambió".
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Comey fue despedido en mayo por Trump tras coordinar la investigación rusa, que desde entonces dirige Mueller.
La información impactó en la cotización del dolar, que retrocedía este viernes en Tokio a 110,10 yenes, contra 110,70 la víspera.
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El presidente estadounidense siempre ha negado cualquier tipo de colusión con Rusia durante la campaña electoral, y tacha el asunto, que envenena su gobierno, de "cacería de brujas".
Nivel "peligroso"
Pero Trump debió reconocer que su hijo mayor Donald Jr., su yerno Jared Kushner y Paul Manafort, entonces director de su campaña, se reunieron con una abogada rusa ligada al Kremlin para obtener informaciones potencialmente comprometedoras sobre su rival Hillary Clinton.
Mueller estaría paralelamente investigando las finanzas de Trump y sus asociados, según la cadena CNN.
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El mandatario ha advertido abiertamente al fiscal especial que ello constituiría un terreno vetado, alimentando especulaciones de que podría tratar de cortar la investigación despidiendo a Mueller.
Dos senadores presentaron una propuesta bipartidista para impedir esa iniciativa.
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La legislación, presentada por el demócrata Chris Coons y el republicano Thom Tillis, prohibiría a un presidente despedir directamente al fiscal general sin una revisión de la Justicia.
Si es llamado a testificar ante un 'grand jury', Trump no sería el primer presidente en hacerlo: Bill Clinton debió ofrecer detalles de su relación con Monica Lewinsky.
Las acusaciones de injerencia rusa en las presidenciales de 2016 en Estados Unidos figuraron entre las principales motivaciones de las nuevas sanciones contra Moscú adoptadas por una aplastante mayoría de los legisladores estadounidenses.
Promulgadas el miércoles por Trump, las sanciones suscitaron la cólera de Moscú.
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El presidente estadounidense y el gobierno ruso coincidieron en que las relaciones entre los dos países están en un nivel "peligroso".
Washington estimó sin embargo que una mejora sigue siendo posible, en tanto el secretario de Estado, Rex Tillerson, debe encontrarse el fin de semana en Filipinas con su par ruso Serguéi Lavrov, con quien ya conversó telefónicamente el jueves.
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