Cientos de venezolanos marcharon este miércoles, 11 de septiembre de 2024, hacia la Embajada de Brasil en Caracas para pedir la ayuda del presidente Luiz Inácio Lula da Silva para lograr la libertad de unos 2.500 "presos políticos".
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"¡Libertad, libertad!", coreó el grupo en una protesta poco común desde la represión que se cobró 27 vidas tras las elecciones presidenciales del 28 de julio que la oposición dice que puede demostrar que el actual líder, Nicolás Maduro, había robado.
"Lula, intercede por Venezuela", decía un cartel. Otro instaba: "Liberen a todos los presos políticos".
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De las 2.500 personas que, según los manifestantes, están detenidas en cárceles venezolanas por desafiar al régimen, unas 2.400 fueron arrestadas en manifestaciones espontáneas en los días posteriores a que las autoridades electorales declararan a Maduro como vencedor.
Entre ellos se encuentran menores de edad, según grupos de derechos humanos.
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La oposición dice que su candidato Edmundo González Urrutia -a quien se le concedió asilo en España bajo amenaza de arresto en Venezuela- fue el legítimo ganador de las elecciones y gran parte de la comunidad internacional se ha negado a aceptar el reclamo de Maduro de un tercer mandato de seis años.
Brasil y otros países han pedido ver un desglose completo de los resultados de la votación.
"Asesinato en cámara lenta"
Los manifestantes de este miércoles entregaron a la Embajada una carta dirigida a Lula, quien junto al presidente colombiano, Gustavo Petro, ha estado encabezando los esfuerzos para encontrar una salida pacífica a la crisis poselectoral.
"Le estamos contando las condiciones en las que están detenidos nuestros familiares, todos sus derechos humanos violados", dijo Diego Casanova, quien tenía un familiar detenido después de las elecciones.
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"Todos son presos de conciencia, ninguno ha cometido ningún delito".
La organizadora Andreina Baduel agregó: "Los presos políticos están siendo sometidos a un asesinato en cámara lenta en Venezuela solo por pensar diferente".
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Su padre, Raúl Baduel, fue aliado del predecesor de Maduro, Hugo Chávez, pero fue encarcelado tras romper con el régimen y murió tras las rejas en 2021.
Lula, tradicionalmente un aliado izquierdista de Maduro, parece cada vez más estar perdiendo la paciencia y el mes pasado calificó a su régimen de "muy desagradable" y con un "sesgo autoritario".
La semana pasada, los dos países se vieron envueltos en una disputa después de que Venezuela revocó el permiso a Brasil para representar los intereses diplomáticos de Argentina en el país.
Brasil insistió en que continuará supervisando la Embajada argentina en Caracas, donde seis funcionarios de la oposición venezolana han estado refugiados durante meses.
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Argentina estuvo entre los siete países latinoamericanos a cuyo personal diplomático se le pidió abandonar Caracas luego de que Venezuela rompió relaciones con naciones críticas con las elecciones.
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