Las altas tasas de desempleo, la migración venezolana y la desnutrición son otros de los problemas que deberá resolver el próximo gobernador de La Guajira.
A pesar de las bondades del territorio que habita la etnia wayú, los indígenas siguen muriendo de sed y hambre.
Dicen que innumerables candidatos les han prometido agua potable, pero las promesas se evaporan durante los gobiernos.
“Nosotros como tontos creyendo, votamos por ellos y ni siquiera nos dan nada, entonces cuando ya están allá, en la cima, nos dejan a nosotros con sus promesas ahí que no nos cumplen", dijo Elizabeth Pushaina, indígena wayú de la comunidad Arenalito.
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Ante los incumplimientos, los aborígenes deben hacer piruetas para sobrevivir.
"El agua es lo más importante para los niños y para el colegio, para la comunidad y para la familia, es lo más necesario de todo, y conseguirla es muy difícil, hay que ir como dos o tres kilómetros en bicicleta", explicó Enrique Arpushana, líder wayú de la comunidad El Manantial.
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El nuevo gobernador deberá agendar no solo la escasez de agua, sino también la condición de pobreza en la que vive el 53,7% de la población, de la cual un 26,7% es de pobreza extrema.
"El principal problema de La Guajira es la pobreza, la pobreza es la sumatoria de unas variables como la falta de acceso al agua, el empleo, la educación, el problema de las vías de comunicación y una serie de derechos que en la mayor parte del departamento rural y rural dispersa no se está atendiendo", señaló Mauricio Ramírez, exsecretario de Planeación y experto en Territorio.
El voto de cada uno de los guajiros deberá reflejar transparencia para recorrer el largo camino de cambiar el destino de un departamento al que le han venido robando las esperanzas.
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