Lo anterior a pesar de que la Supersalud, que ordenó cerrar la EPS, dijo que usuarios tendrían cobertura hasta el 31 de octubre.
"Necesito un examen urgente, no me lo han hecho, vengo de la 114 y me dicen que no lo van a hacer porque ya no tienen contrato con ellos", dijo Martha Isabel Vargas, una paciente de alto costo de Cruz Blanca.
Pero los únicos afectados no son los 312 mil afiliados, también son los más de 400 empleados que trabajaban para la entidad.
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La decisión de la Superintendencia tiene que ver con el patrimonio negativo de 293.000 millones de pesos a junio de este año de Cruz Blanca, cerca de 1.900 tutelas y más de 16.000 quejas por la prestación del servicio en lo que va del 2019.
La entidad operaba bajo los dos regímenes, 288 mil usuarios en el contributivo y 23 mil en el subsidiado, brindando atención en los departamentos de Antioquia, Valle del Cauca, Cundinamarca y Bogotá.
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Y aunque para el primero de noviembre los afiliados ya estarán cubiertos con otras EPS, en este momento no saben qué hacer para acceder a los servicios que les han empezado a negar.
En contexto:
Supersalud ordenó cerrar la EPS Cruz Blanca por inviabilidad financiera