Un hombre de 38 años que por años tuvo problemas de respiración descubrió que las molestias eran causadas por un diente que le había nacido en la fosa derecha. Médicos tuvieron que intervenir para sacárselo.
La dificultad del paciente era complicada de justificar a primera vista, pues aseguraba no haber recibido algún golpe que causara problemas. Un otorrinolaringólogo lo revisó y descartó también anomalías craneales.
Sin embargo, optaron por introducir una cámara por el conducto nasal y observaron una masa “blanca, dura, no dolorosa”, que resultó siendo un diente de 14 milímetros, según el informe publicado en una revista científica .
A través de un cirugía fue arrancado el diente que creció en donde no debía estar y, tras tres meses de recuperación, el paciente por fin volvió a respirar con normalidad.