La Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió este martes que es precipitado pensar en tratar el COVID-19 como una enfermedad endémica por la incertidumbre que aún rodea el coronavirus y la alta transmisibilidad de la variante ómicron, que podría contraer más de la mitad de la población europea en un plazo de seis a ocho semanas.
Más de siete millones de nuevos casos han sido registrados en la región europea de la OMS en los primeros siete días del año, el doble que dos semanas antes; y veintiséis países han notificado que más del uno por ciento de su población está contrayendo el virus cada semana.
Con ese ritmo de transmisión más del cincuenta por ciento se infectaría en un máximo de ocho semanas, según un cálculo del Instituto de Métricas y Evaluaciones de la Salud (IHME), de la Universidad de Washington, citado en su comparecencia por el director de OMS-Europa, Hans Kluge.
"Hay que ser muy precavidos con las predicciones sobre el futuro", dijo Kluge, quien insistió en que el coronavirus ha sorprendido "más de una vez" y que "no es buena idea" hacer previsiones por la incertidumbre que afecta a factores como el COVID-19 persistente y la alta transmisibilidad de ómicron.
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Smallwood resaltó que no está clara aún la severidad de ómicron y que la razón principal de que haya menos casos graves en Europa Occidental es el alto porcentaje de población vacunada.
La mayoría de los casos de ómicron son sintomáticos y todavía alrededor del 1% de todos los casos requiere hospitalización, un porcentaje "que no es muy distinto al de otras variantes", avisó Smallwood.
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De ahí que la prioridad ahora mismo sea proteger a los grupos vulnerables y al personal sanitario, así como minimizar los trastornos en la economía y las escuelas, resaltó Kluge, quien destacó que el objetivo fundamental para este año es "estabilizar la pandemia".