Los involucrados en la industria, por su parte, dicen que tienen la tarea de educar a la gente para recuperar la reputación de la planta.
León Vieira Samper no solo es médico cirujano egresado de la Universidad Javeriana, también es paciente de esclerosis múltiple desde hace 23 años y, por eso, habla con propiedad sobre el tema.
Explica que, durante mucho tiempo, los síntomas que le produce la enfermedad los manejaba con medicamentos químicos que le formulaba un colega, pero asegura que no le funcionaban tan bien, que los efectos no eran los que esperaba y que, en aras de mejorar su calidad de vida, comenzó a investigar y encontró en la marihuana unos efectos medicinales favorables.
“A mí me daban un medicamento para cada uno de los síntomas, que para la rigidez uno, que para el cansancio otro, que para el sueño otro, etc. En cambio, resulta que la marihuana medicinal cubrió varios de los síntomas y mejor como lo hacían los fármacos químicos”, cuenta Samper, especialista en medicina alternativa.
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Su caso es solo uno entre muchos que aseguran haber encontrado alivio a diversas dolencias gracias al uso del cannabis.
“Cada paciente tiene que tener su historia clínica individual para saber si es pertinente o no utilizarlo”, asegura Germán León Benítez, profesor de Homeopatía de la Universidad Luis G. Páez.
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Existen estudios clínicos que sugieren que el medicamento a base de cannabis puede funcionar, por ejemplo, en el manejo de las náuseas, epilepsia, insomnio, glaucoma, para el control del malestar después de tratamientos como la quimioterapia, para el manejo de la fibromialgia y en condiciones de dolor crónico.
“El sistema endocannabinoide, que es en el cual el cannabinoide actúa, es un sistema que nosotros tenemos endógeno, en nuestro cuerpo, produce equilibrio en todo el cuerpo. Entonces, realmente el potencial terapéutico es para muchas patologías, pero para lo que tiene evidencia en este momento es para el dolor crónico”, afirma Ana Valencia, asesora médica científica de Clever Leaves.
Por ser este sector relativamente nuevo en Colombia, desde la academia, centros de investigación y especialistas admiten que hace falta fortalecer a los médicos en el conocimiento del cannabis medicinal.
“Yo soy anestesióloga y se supone que nosotros manejamos todo el tema del dolor y cuando empecé a estudiar el cannabis medicinal fue una sorpresa saber que teníamos un sistema que puede ser la primera vía de modulación del dolor. Nosotros en las facultades de Medicina no lo aprendemos, pero no somos los médicos colombianos, son todos los médicos del mundo”, sostiene Valencia.
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Esta nueva industria se debe regir, según la legislación colombiana, por cuatro principios fundamentales: el acceso de los pacientes a la sustancia, precios justos, productos seguros y de buena calidad.
Lo que se busca es que miles de pacientes en Colombia accedan pronto a una sustancia segura y regulada por el Estado.
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La Federación Médica Colombiana avanza en el desarrollo del primer currículo educativo y de investigación en temas relacionados con el uso del cannabis medicinal.
El Ministerio de Salud es quien controla el proceso desde la entrada de la flor de cannabis al laboratorio, hasta el momento en que esta se convierte en materia prima para la producción de medicamentos. Lo que se espera es que pronto estos productos sean comercializados legalmente bajo las normas del Invima.
Según estimaciones de la Asociación Colombiana de Industrias del Cannabis, el país puede tener unos 4 o 5 millones de pacientes.
Vea el primer informe de este especial:
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Colombia en la revolución del cannabis medicinal: así está creciendo un negocio sin trabas