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La franquicia de comida colombiana Frisby ha recibido el respaldo de varias marcas del país, tras la controversia que enfrenta con una empresa europea que opera bajo el mismo nombre y utiliza elementos visuales similares a los de la cadena de alimentos.
En las últimas horas, el apoyo ha sido masivo, pero uno de los mensajes que más ha generado debate fue el de la empresa de licor Aguardiente Amarillo, que envió su respaldo a través de redes sociales. “Los pioneros se respetan”, publicó en su cuenta de X, acompañando una imagen que decía: “Sabemos lo que se siente que te quieran copiar”. El mensaje generó una ola de reacciones entre sus seguidores.
El gesto de Aguardiente Amarillo no es aislado. En 2023, la marca vivió una situación similar cuando una bebida emergente intentó replicar su identidad visual en Colombia. Aunque el caso no llegó a instancias judiciales, sí desató una conversación en redes sobre la protección de las marcas locales.
Hoy, ese antecedente sirve como punto de conexión para solidarizarse con Frisby y reabrir el debate sobre la propiedad intelectual. Las marcas colombianas se unen en defensa de lo original.
La controversia internacional gira en torno al uso de la marca “Frisby” en Europa. Según informó la compañía española Frisby España SL, la Oficina de Propiedad Intelectual de la Unión Europea (EUIPO) falló a su favor en primera instancia y le otorgó el uso exclusivo del nombre y logotipo en territorio europeo. Esto, luego de que Frisby S.A. BIC denunciara que la empresa en Bilbao había replicado personajes, colores y elementos gráficos similares a los de la marca colombiana.
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El conflicto legal tomó un nuevo giro cuando Frisby España afirmó que la marca colombiana será revocada en su totalidad en Europa si no demuestra, en un plazo máximo de dos meses, que ha usado su marca de forma continua y efectiva durante al menos cinco años en el continente. De no hacerlo, perderá todos sus derechos en la región.
Frisby S.A. BIC sostiene que mantiene un registro vigente en Europa y que ya inició acciones legales para defenderlo. A su vez, la empresa española asegura que no busca un conflicto, sino una oportunidad comercial para representar en Europa una experiencia culinaria inspirada en sabores sudamericanos, “poco representados” en ese mercado. También se mostró dispuesta a llegar a un acuerdo logístico y comercial con la marca colombiana.
El portal Marcaria, especializado en registros internacionales, indica que Frisby España SL solicitó el registro de la marca de la Unión Europea (EUTM) el 2 de septiembre de 2024, mediante el proceso fast track. El registro incluye una amplia lista de productos, como alitas de pollo, hamburguesas, carne empanizada y croquetas, así como servicios de restaurantes de comida rápida, catering y cocina española.
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La situación ha generado confusión entre consumidores colombianos residentes en Europa, algunos de los cuales pensaron que la marca se había expandido oficialmente al continente. Esto llevó a la aparición de supuestas oportunidades de inversión, concursos y la recolección de datos sin ningún vínculo autorizado con la empresa original, según denunció Frisby Colombia.
Este caso pone sobre la mesa un problema recurrente: la vulnerabilidad de las marcas colombianas en mercados internacionales. La globalización ha facilitado la expansión, pero también ha expuesto a las empresas a riesgos de apropiación indebida. Muchas veces, la falta de vigilancia activa sobre registros de marca en otras jurisdicciones permite que terceros se adelanten y registren nombres o conceptos ya posicionados en Colombia.
La protección de la propiedad intelectual debe ser una prioridad estratégica, especialmente para marcas con alto reconocimiento local. No se trata solo de defender un nombre, sino de proteger una historia, una identidad y una conexión emocional con los consumidores.
Diferentes marcas reconocidas del país han publicado en redes sociales su respaldo a Frisby, considerada por muchos como la marca de pollo más querida de Colombia. Entre ellas se destacan:
La resolución definitiva del caso en Europa podría sentar un precedente importante para la protección de las marcas colombianas fuera del país. Mientras tanto, el respaldo nacional refuerza el valor simbólico y comercial de una marca que, por más de 45 años, ha formado parte de la identidad gastronómica colombiana.
DANNA SOFÍA SUÁREZ G
PERIODISTA DE NOTICIAS CARACOL
DSSUAREZ@CARACOLTV.COM.CO
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