La primera semana de marzo los manizaleños Miguel Echeverri y Valentina Gómez viajaron de luna de miel a Cancún, México . En la cuarta noche de celebración, y tras llegar de una discoteca al hotel donde se hospedaban, la Policía arrestó al joven porque reclamaba por el valor de una costosa carrera de taxi.
“Yo le pedí ayuda a los funcionarios del hotel, a lo que ellos me responden que claro que van a llamar a la Policía. Cuando la Policía llega, ellos se desentienden completamente, le dicen a la Policía, ‘¡No! nosotros no sabemos nada, él no quiere pagar’”, afirma Miguel Echeverri.
(Vea aquí: Más colombianos denuncian malos tratos en México y dicen que hasta piden vacuna para entrar al país
Cuenta que fue esposado y llevado en un camión, por la fuerza, hasta los calabozos de la Policía: “me llevan frente a un juez cívico que hay allá, yo le intento exponer mi caso, a lo que esta persona me dice que no tengo derecho a hablar”.
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Relata que a la esposa, que fue hasta la estación a buscarlo, le exigían dinero para que lo dejaran libre:
Cuando llega la pasan frente a este juez y este sr le dice: ‘mire, la única forma de que yo deje salir a su esposo es que me dé 300 dólares’, ella inmediatamente se preocupa, se pone a llorar, le dice ‘yo no tengo ese dinero’
Lo más duro, asegura Miguel, es que pensó que lo iban a matar porque “me tiran entre policías al suelo y me agarran a patadas”.
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Asegura que su esposa también fue retenida porque intentó grabar con el celular lo que le estaba pasando. Finalmente, luego de 8 horas, los dejaron salir al reunir los 300 dólares exigidos.
“No queremos que a más personas les pase, no queremos que pasen el dolor tan horrible que nosotros sentimos durante 3 días mientras ellos llegaban acá (…) yo no sé si es algo contra los colombianos, lamentablemente parece que es como una fobia”, afirma Carmen Elisa Salazar, mamá de Miguel Echeverri.
Miguel completa 7 días incapacitado por los diferentes traumas en las costillas y los brazos, producto de los fuertes golpes que recibió la noche del 4 de marzo según él, propinados por miembros de la Policía de Cancún.
En familia, decidieron poner en manos de la Cancillería colombiana el trámite de denuncia.
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