Desde lo alto de la montaña, en el sector conocido como Guagual del municipio de Cañasgordas, occidente de Antioquia, criminales del Clan del Golfo emboscaron y dispararon indiscriminadamente contra los policías y militares que custodiaban una caravana de carros particulares y de servicio público que viajaban de Medellín al Urabá antioqueño, en medio de lo que se creía un retorno a la normalidad.
“No es nada sencillo lo que está viviendo la región, de verdad que quien esté en su casa quédese, nosotros nos estamos moviendo porque toca llegar a trabajar y pensábamos en efecto que el paro (armado) estaba levantado”, declaró una testigo de este hecho.
En medio del fuego cruzado, los civiles trataban de retroceder en sus carros para protegerse de las balas. Entre tanto, el camión en el que iban los militares quedó completamente destruido.
Tras el ataque, un policía y un soldado fallecieron. Además, en un comunicado, el Ejército aseguró que cuatro uniformados más resultaron heridos.
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Algunas rutas de buses al Urabá y al occidente del departamento, que habían restablecido el servicio, volvieron a suspender labores.
“Lo que se siente es mucha zozobra y bastante incertidumbre. Las pérdidas son incalculables, ya después de qué hay pérdidas en vidas humanas y se pierde en algo la confianza por parte de la sociedad a cualquier parte del Gobierno, la situación se vuelve más complicada”, manifestó Anderson Quiceno, vocero de la ATC.
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En Urabá, poco a poco se empieza a restablecer el suministro de gas natural. Sin embargo, en Cañasgordas, Frontino y Remedios aún no llega el servicio por seguridad.
A su vez, 17 alcaldes de la dirección del norte de Antioquia enviaron una carta al presidente Iván Duque en la que le piden mano dura contra el terrorismo y claman por la seguridad de sus pueblos.