Lejos de ser inofensivos o sutiles, son mensajes que alimentan maltratos físicos, psicológicos y económicos, advierten expertos.
Si alguna vez ha escuchado expresiones como “calladita se ve más bonita”, “cada niño viene con un pan debajo del brazo” o “los hijos son de la mamá”, usted puede estar siendo víctima de violencia simbólica.
“Estas frases hacen parte de la violencia simbólica, un tipo de agresión que, al ser sutil y poco perceptible, es difícil de detectar”, explica la organización Católicas por el Derecho a Decidir (CDD).
Además, recalca el grupo, la violencia simbólica “perpetúa imaginarios culturales y creencias que se traducen en distintas realidades que afectan a las mujeres”.
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Para Sandra Mazo, coordinadora de CDD, se trata de expresiones que se han ‘normalizado’ y que se convirtieron en los elementos de base para dar continuidad a otro tipo de violencias.
“Lo complejo de la violencia simbólica es que está naturalizada debido a las humillaciones y la subvaloración a las que hemos estado sometidas, históricamente, por el hecho de ser mujeres. El riesgo de este tipo de violencia, como es invisible y difícil de detectar, es que sume a la mujer en un estado de fragilidad que la hace más vulnerable a otro tipo de ataques”, aseguró Mazo.
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La CDD no tiene dudas de que “estas violencias simbólicas se refuerzan desde instituciones como la escuela, la familia y la Iglesia, con imaginarios que confinan a la mujer solo a su labor reproductiva”.
Ocho frases, ocho alertas
Católicas por el Derecho a Decidir creó un decálogo con las ocho frases que, consideran, podrían indicar violencia simbólica:
1. Calladita se ve más bonita: detrás de esta frase se justifica la discriminación contra la mujer.
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2. Los hijos son de la mamá: es una expresión que podría justificar que el cuidado solo es por parte de las madres.
3. Cada niño tiene el pan debajo del brazo: es del tipo de frases que, según CDD, “minimizan la responsabilidad de reproducirse”.
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4. Mujer que no jode es hombre: a través de este dicho se fomentan relaciones violentas y de control, dicen expertos.
5. Mujer sin hijos, jardín sin flores: este discurso impone a las mujeres la maternidad como su única finalidad, recalca CDD.
6. A la mujer bailar, al burro rebuznar, el diablo no les debió enseñar: esta frase niega el goce del cuerpo de las mujeres, explica la coordinadora.
7. Si sabe cocinar, ya se puede casar: es el tipo de discurso que, de acuerdo con Mazo, “busca afianzar estereotipos que discriminan a las mujeres”.
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8. Ollas destapadas, mujer descarada: para Católicas por el Derecho a Decidir, “es un dicho que justifica que, si una mujer no es buena en las labores del hogar, no vale la pena”.
Y entregan los siguientes consejos a las mujeres que sientan ser víctimas de violencia simbólica:
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- No quedarse callada. Evidenciar y expresar su molestia.
- No normalizar, ni naturalizar, ni aceptar expresiones y manifestaciones que la ponen en un lugar de inferioridad por el hecho de ser mujer.
- No prestarse, ni venderse como un objeto (de deseo o de mercancía).
- Sentirse orgullosa de ser mujer.
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- Quererse, cuidarse, valorarse.
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