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Así fue el funeral muisca de la estatua de Gonzalo Jiménez de Quesada

El centro de Bogotá fue epicentro de una ceremonia para limpiar, sanar y perdonar el dolor y violencia que para ellos causó el conquistador y que aún vive Colombia.

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Archivo Colprensa.

El sábado 20 de junio fue un día histórico para los muiscas. Ese día realizaron el funeral de la estatua de Gonzalo Jiménez de Quesada , el conquistador español que se cree murió a los 70 años en la provincia de Mariquita, en el actual Tolima.

Realizamos la camin-Ata sagrada Biqacha 2021 que tenía como propósito limpiar, sanar y perdonar toda nuestra historia de sangre, violencia y dolor dentro de este territorio, llamado Bogotá en el que recordamos su nombre de origen Muyquyta. Allí con canto y danza, silencio y ofrenda hicimos la mortuoria de Gonzalo Jiménez de quesada (Gojique)... De nuestro pasado y presente turbio, de la herida histórica que nos cobija desde antes, durante y después de la colonia, de todos los mártires caídos, de toda la memoria borrada por el pensamiento arrasador”, publicó en Facebook Epiara Murillo.

‘Gojique’ era la manera en que los muiscas llamaban a Gonzalo Jiménez de Quesada.

La estatua del español que estaba en la Plazoleta del Rosario, en el centro de la capital, fue derribada por indígenas misak el 7 de mayo en el marco de una serie de eventos reinvindicatorios de los pueblos indígenas, entre los que también fue derribada la estatua de Sebastián de Belalcázar en Cali.

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“A partir de este momento no va a tener Bogotá a este violador, a este supuesto conquistador”, gritaban los indígenas misak tras tumbar el monumento.

¿Dónde están nuestros caciques, dónde está Zipaquirá? A ellos no vemos el monumento, a estos violadores sí, a los que despojaron a nuestros abuelos, a los que violaron”, cuestionó en su momento el líder indígena Chirimiskai Didier.

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Pues bien, los muiscas buscaron la manera de tomar prestada la estatua de Gonzalo Jiménez de Quesada para realizar su mortuorio.

Por eso, hicieron un recorrido por diferentes puntos de Bogotá para sanar el dolor que el conquistador infringió en los muiscas durante su búsqueda desesperada del oro de El Dorado.

“Saquemos al Jiménez de Quesada que todos llevamos dentro...cuando queremos colonizar, aniquilar, odiar, engañar, irrespetar, negar al otro o los otros... Reconocemos las múltiples maneras de ser y concebir lo Muyska dentro de este gran territorio nativo, mestizo y raizal.. ayer muchos desde el autoreconocimiento manifestamos unas de estas...no olvidando que todos... Más allá del nombre somos gente que buscamos el cuidado de la vida desde el respeto y la dignidad. La propia gobernanza. Que los actos simbólicos sean el recordatorio para accionar y potenciar la construcción de una nueva cultura que nos merecemos como Pueblos de una América Libre”, agregó Epiara en Facebook.

El gobernador del cabildo Oriente Buntkua, Yari Maku, le dijo a El Tiempo que, independiente de la acción de los misak, el espíritu de Gonzalo Jiménez de Quesada estaba invocándolos, por lo que desde 2015 iniciaron una caminata sagrada denominada Baq-ata Biqacha, en la que el espíritu del español les decía que estaba esperando su perdón.

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Al ver los videos del derribamiento de la estatua del conquistador, aseguró, vieron que “cayó dando un giro, que representa el espiral del tiempo, y de frente contra la tierra. Ese giro sucede cuando se cierra un ciclo. Su frente sobre la tierra significa que estaba pidiendo perdón”.

El funeral, en la que participaron estudiantes, artistas, indígenas y hasta desmovilizados que se vieron accidentalmente en medio de la histórica ceremonia, no incluyó el entierro de la estatua de Gonzalo Jiménez de Quesada.

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