Este joven se pasea por las zonas verdes de un conjunto residencial de Bogotá con sus mejores amigos, tres de ellos rescatados de la calle.
“Al principio fue duro, no crea que es fácil porque para alimentarlos es tremendo, solo les doy concentrado y los trato de mantener bien. Llevo tres años con los siete y son mi felicidad”, dice Carlos Espinel a un usuario de Facebook que lo grabó mientras caminaba con sus perros.
Tres son rescatados de las calles y dos de ellos se aparearon y tuvieron cuatro hijos, por eso la familia se creció a siete.
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Por estos días en los que muchos animales han sido abandonados en medio de la crisis generada por el coronavirus, este muchacho es un ejemplo de que los amigos permanecen juntos en las buenas y en las malas.