Grupos de feministas radicales, según las autoridades, atacaron estaciones de Transmilenio y locales comerciales. También la iglesia de San Francisco, de la que hace parte Fayñero, un sacerdote que trabaja precisamente por las mujeres más vulnerables de Bogotá, las habitantes de la calle y las trabajadoras sexuales.
Las manifestantes violentas escribieron frases como “saquen sus rosarios de nuestros ovarios” en una de las puertas del templo, ubicado en la avenida Jiménez, e intentaron prenderle fuego. El Esmad de la Policía intervino.
La alcaldesa Claudia López rechazó los hechos y dijo que era inaceptable que el 8 de marzo fuera aprovechado “por un mínimo grupo de violentas que creen que protestar es destruir”.
Esto no es protesta ni reivindicación ni feminismo. Inaceptable que un día dedicado a exaltar las luchas y logros de las mujeres en la historia sean aprovechados por un mínimo grupo de violentas que creen que protestar es destruir.
— Claudia López Hernández (@ClaudiaLopez) March 8, 2021
Este no es el espíritu del #8M2021 https://t.co/ak3vMhRFBt
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Pese a que algunas personas atacaron estaciones de Transmilenio y locales comerciales, ellas no opacaron a las otras cientos de mujeres que, como conmemoración del Día de la Mujer , salieron a las calles a marchar pacíficamente pidiendo respeto e igualdad.
“Quiero hacer un llamado a las mujeres para que entiendan que no solo la violencia física puede terminar en un homicidio como le paso a mi hermana. La violencia psicológica es grave y tenemos que estar alertas, todo tipo de violencia puede terminar en un asesinato”, dijo Andrea Fernández, una de las manifestantes.
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La jornada terminó con un concierto en la Plaza de Bolívar y una velatón. #NiUnaMás