La crisis que vive la comunidad de Pajarito por el cierre de la Transversal de la Cusiana los tiene en vilo. En este municipio de Boyacá encontramos a don Manuel Hernando Pérez, un campesino que confrontó a la directora nacional del Invías, Mercedes Gómez, para expresarle su inconformidad por la emergencia y pedirle soluciones inmediatas.
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"Respétenos que nosotros somos de acá de la región, nosotros sí conocemos la región y sabemos que hay soluciones rápidas, pero ustedes no, que toca hacer un estudio de dos años, que toca ganarse tanta plata, que dos años ganando para hacer una bobada que en dos años ya se va para el piso", aseguró el hombre indignado.
A don Manuel Hernando Pérez el país lo conoció en medio de la emergencia que sufre su comunidad por el estado de la vía.
“Si estudiaron para robar, vayan a robar a otro lado, pero aquí no vengan a sabotearnos la región y a dejarnos en la misma mierda. Mire, yo soy de Pajarito y nosotros en Pajarito vivimos del comercio", aseveró don Manuel frente a la directora de Invías.
El sentimiento de impotencia y angustia llevó a que este campesino le reclamara de esta manera a la directora del Invías, la ingeniera Mercedes Gómez, tras la caída del puente Los Grillos en la Transversal del Cusiana. Hoy, su preocupación y tristeza deja ver a ese líder de voz firme y fuerte quebrantarse ante un panorama desolador.
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"Me duele, me duele mucho, me duele mucho eso, me duele porque nosotros no nos merecemos esto, no no lo merecemos, porque verdaderamente somos ciudadanos, somos gente sana y tratamos de sacar nuestra familia adelante", comentó don Manuel con dificultad.
Las lágrimas de este hombre no tienen más motivo que ver cómo la vida de su pueblo se está apagando. El legado de su mamá, quien impulsó la tradición de la venta de gallina pajariteña y las deliciosas arepas en esta población, hoy está en riesgo.
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"No me duele solo por mis hijos o por mi mujer, me duele por todas las personas que trabajan, me duele, me da mucho guayabo y también sé que no está afectado solo mi pueblo, sé que está afectado Recetor, está afectada Chámeza y está afectado Casanare", puntualizó.
La familia de Manuel Hernando Pérez, al igual que cientos de comerciantes, parecieran ir hacia un abismo impulsados por la caída de un puente. Ellos conseguían su sustento de quienes se movilizaban por la vía. Los compradores son los que aportan a la economía de la comunidad para que siga la venta de diferentes productos, como los deliciosos quesos de doña María, quien no oculta su difícil situación.
"Tristeza, demasiada tristeza, que la verdad dan ganas de llorar porque este pueblo está acabado, primero por la pandemia, luego por la ida del PR 83, ahora nuevamente por el puente, no sé hasta cuándo", lamentó María Nieves Wilches, una de las comerciantes afectadas.
La comunidad asegura que está cansada de que les digan que lo sienten, que les van a ayudar o que las cosas mejorarán. Sin embargo, las imágenes hablan por sí solas, un pueblo desolado, sin compradores y los pocos que llegan, no son suficientes para salir de la crisis en la que se encuentran.
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"Yo que soy de las más antiguas vendedoras, un día así normal, como cualquier día, vendía 15 o 20 gallinas y la verdad pues ahorita no vendemos nada", expresó la comerciante Blanca Pérez.
La energía de esta comunidad pareciera estar apagándose. Quizás, esa es una de las preocupaciones de don Manuel, que invitó al equipo de Noticias Caracol a hacer un recorrido en una camioneta para mostrarles lo que, para él, es toda una desidia y en lo que se convirtió la vía que impulsa a la región.
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“Si la comunidad habla, si la comunidad reclama, no es porque nosotros seamos cansones, es porque tenemos la razón, mire cuánta plata invirtió el Gobierno en ese puente, para que ese puente no durara sino como un año y medio. Se cayó y ahí está tirado, ahí está la plata tirada”, declaró.
Lo cierto es que el municipio de Pajarito, en Boyacá, no puede esperar más, está en una situación crítica que tiene a su comunidad en vilo. Sin embargo,con pica y pala los habitantes emprendieron la tarea de hacer una nueva vía para ellos.
Allí, don Manuel ahora es llamado el ángel de la comunidad, pues está trabajando junto a más de 100 personas para solucionar la emergencia. Personas que, ante la zozobra, esperan no tener que volar en busca de un nuevo nido.
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