Aprovecharon la neblina de la fría noche boyacense para intentar escabullirse. Hasta habían confeccionado uniformes similares a los del Inpec.
Los delincuentes, ya condenados, incluso habían roto algunos barrotes de sus celdas para poder escapar.
El plan era disfrazarse de dragoneantes y aprovechar la espesa capa de neblina que se extendía por el penado gracias a las bajas temperaturas.
“El hecho es que el clima y el ambiente, que era propició por la oscuridad, vieron que eso era fácil de pronto llegar a la fuga", detalló el coronel Óscar Moreno, comandante de la Policía de Tunja.
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Finalmente, no lograron escapar y fueron pillados. Continuarán tras las rejas purgando su pena y tendrán que someterse a un nuevo proceso.