Estos procesos ni siquiera llegan para su estudio al alto tribunal, lo que no impide que estos juristas deshonestos cobren sus honorarios a los incautos.
Así lo denunció la misma Corte Suprema de Justicia que explicó que los pronunciamientos falsificados que se han detectado están relacionados con asuntos pensionales y demandas laborales.
Al parecer abogados estarían ofreciendo sentencias que ni siquiera habían pasado por las manos de los magistrados. Los fabricadores de fallos operaban así: primero ofrecían al cliente que su caso llegaría a la Corte Suprema. Como eso no ocurría, lo que hacían era, al parecer, redactar su propia sentencia en hojas a las que les ponían el logo de la corte.
Para hacerlo real incluían números de procesos que en realidad pertenecían a otros casos y así urdían el fraude.
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Para conocer si un fallo es real, la corte recomienda confirmarlo en la secretaria de la sala laboral o consultando con los números de radicado en la página de internet de la Corte Suprema de Justicia.