Denuncian que sacerdote obliga a comprar lápidas en casa cural y veta epitafios

Héctor Zapata denuncia que tras la muerte de su abuela, doña Margot Yolanda Delarbre, la familia decidió comprar una lápida en Bogotá para llevarla hasta Sesquilé donde iba a ser sepultada, pero asegura que en la casa cural del pueblo no lo dejaron.

“No dejan colocar ninguna lápida que no sea hecha por ellos y tiene que ser con un perfil específico de ellos”, dice.

Noticias Caracol estuvo en el cementerio de Sesquilé, donde el sepulturero relató que la orden que tiene es la de quitar las lápidas que no sean autorizadas por la casa cural. Para eso hace rondas periódicas por el lugar.

“¿Y si alguien viene y usted no está y la ponen? Por eso la orden es quitarla”.

“¿O sea deben ser iguales las lápidas? Exactamente”, revela.

Luis Rivera explicó que el modelo de la lápida es en el que aparece una imagen, el nombre del fallecido y la fecha de nacimiento y muerte. Además, no se permiten epitafios.

“El padre me dijo: ‘Luis ponga esas dos lápidas y no más’”, asegura.

“Aquí no están autorizadas sino las grises y beige”, añade.

“Es evidente que es un negocio porque resulta que las lápidas las vende el mismo cura en la misma casa cural y no es un negocio de pronto particular o privado sino es de ellos y pues es, digamos, un mal ejemplo para la Iglesia católica”, expresa el denunciante.

Noticias Caracol buscó al párroco quien reaccionó así cuando le preguntamos por las denuncias.

“Es que si me va a grabar no le voy a responder nada”.

“¿Y eso por qué padre? Se trata de eso”

“No, pues, porque hay que primero mirar todo el contexto y ahí sí poder dar una explicación”.

El párroco explicó a puerta cerrada que lo hace para tratar de que todas las lápidas sean iguales pero no quiso pronunciarse en cámara.

Noticias Caracol intentó comunicarse con la Arquidiócesis de Zipaquirá que es a la que pertenece esta iglesia, pero no fue posible obtener una respuesta.