José Culma lleva 15 años al servicio delEjército Nacional y él es uno de los soldados heridos en combate trasladado al Batallón de Mantenimiento tras sufrir una lesión en la mano durante una operación militar. Allí trabaja haciendo comedores y catres para otros uniformados.
"Aquí se hacen las cosas que necesita todo nuestro Ejército, aquí me siento muy bien sirviéndole a la institución", dice.
Asegura que trabajar en este taller es otra forma de servirle a la patria y que además le queda más tiempo para compartir con su familia.
"Gracias a Dios tengo a mi familia cerca, porque tengo un hijo que es discapacitado y pues tengo la niña que va a cumplir 10 años y no la podemos dejar sola, entonces es mucha ayuda”, agrega.
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El soldado Medina está muy cerca de pensionarse. El conflicto armado también dejó huellas en su cuerpo.
"Fui herido en combate por un campo minado y un tiro en la pierna izquierda", cuenta Lisardo Medina, soldado del Batallón de Mantenimiento.
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Allí fabrica sables, monedas e insignias militares, símbolos valiosos en el Ejército y que lo llenan de orgullo.
"Muy orgulloso me siento como soldado de Colombia de decir que el Batallón de Mantenimiento acoge a los soldados heridos en combate y nos da una oportunidad para salir adelante", refiere.
Este batallón, además de ser una alternativa para soldados heridos en combate como Culma o Medina, es fundamental para el Ejército de Colombia.
"Hacemos mantenimiento a diferentes elementos, entre ellos el armamento, vehículos tácticos, y también desarrollamos elementos como cómodas, catres, contenedores", explica el comandante del Comando Logístico del Ejército, coronel Alejandro Morales.
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Casi 250 hombres y mujeres militares hacen parte del Batallón de Mantenimiento José María Rosillo.