Frente a sus familias, fueron asesinados los líderes de la comunidad embera Francisco Sarco Pipicay, de 29 años, y Carlitos Uragama Cano, de 23. Según las investigaciones, encapuchados llegaron hasta una finca en donde les dispararon. Otro joven que recibió cinco impactos de bala sobrevivió.
“Los tienden sobre el piso a los hombres y a las mujeres las separan, y a los tres hombres que allí se encontraban, de acuerdo a las informaciones que dan, proceden a dispararles sin mediar palabra”, aseguró el coronel Clauder Cardona, comandante de la Policía del Chocó.
Horas después del homicidio de los dos líderes indígenas, las autoridades llegaron hasta el sector de Chaparraidó, zona rural de Quibdó, donde hicieron el levantamiento de los cadáveres.
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“Eran guardias indígenas y se desempeñaban además como jornaleros en una granja de la zona rural de Quibdó”, dijo Luis Murillo Robledo, defensor del Pueblo en Chocó, al anotar que la persona herida “se debate entre la vida y la muerte”.
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En un comunicado, la asociación Orewa aseguró que quienes viven en este territorio son familias desplazadas y que ahora nuevamente tienen que salir de sus viviendas para salvar sus vidas.
La Defensoría del Pueblo había advertido en una alerta temprana que en los corregimientos Tutunendo, San Francisco de Ichó, La Troje y sus alrededores van en aumento las extorsiones, homicidios y el microtráfico.
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“Las comunidades han venido reflejando su temor frente a la expansión que están desarrollando los grupos ilegales hacia esta zona rural que es además turística”, apuntó Robledo.
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La Defensoría del Pueblo realiza gestiones para que la EPS agilice el traslado del indígena herido a un hospital de tercer nivel.