436 familias del resguardo Tanela reciben la noticia después de luchar, durante años, por lo que grupos armados ilegales y terratenientes les arrebataron.
La comunidad Emberá Katío vive de la agricultura, la pesca y trabajos varios, que ocasionalmente realizan en Unguía, Chocó.
Sin embargo, la guerra los tiene centrados en recuperar cientos de hectáreas que los grupos armados ilegales les arrebataron.
"Ya por ahí del 96 en adelante, hubo un problema y ya era con las autodefensas. Eso ya nosotros no podíamos ir a ninguna parte, si uno traía algo del pueblo no le mandaban a uno completo, si era sal, le mandaban solo un libra o dos libras, teníamos que sacar facturas, así era los requisitos de esa gente con nosotros (sic)", relata José Brincha, exgobernador del resguardo indígena.
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Asegura que además de perder sus tierras por cuenta de la guerra y la violencia también se vieron afectados en sus creencias y hasta en sus prácticas.
“La alimentación de nosotros no es como ahora, la alimentación de nosotros había muchas cosas como de los ríos, había muchos pescados, si es de tierra, había muchas carnes, habían vacas, venados, de toda cosa uno encontraba aquí, pero estando los colonos, se fueron retirando los animalitos (sic)”, cuenta José Brincha, exgobernador del resguardo indígena.
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Luego de seis años de luchas jurídicas, entidades como la unidad de restitución de tierras junto a la comunidad del resguardo documentaron uno a uno cada metro de sus tierras, donde inicialmente se hablaban de 986 hectáreas y hoy gracias a esta sentencia del Tribunal Superior de Antioquia al resguardo indígena Tanela le corresponden 1.397 hectáreas.
La directora de asuntos étnicos de la Unidad de Restitución de Tierras fue la encargada de llevar las buenas noticias donde la comunidad recibió el derecho por el que lucharon desde los años 50.
“Señores autoridades indígenas del resguardo Daniela, en nombre de nuestro director de la Unidad de Restitución de Tierras, Andrés Castro, es para nosotros un orgullo y honor poder entregar a ustedes estas dos copias de la sentencia de la restitución de tierras y sus derechos fundamentales del resguardo indígena”, resalta Sally Maecha, directora de asuntos étnicos de la Unidad de Restitución de Tierras.
“La comunidad y las autoridades indígenas están contentas, ya esta tierra no va a ser de colonos, sino que va a ser de nosotros. Por eso tenemos que trabajar juntos por el medio ambiente y la autonomía del resguardo”, comenta Plinto Brincha, miembro de la comunidad Ziparado.
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Para esta comunidad indígena, su lucha por sobrevivir no para, aseguran que ahora esperan educación y asistencia médica.
Por lo pronto esta sentencia, además, compromete a varias instituciones del Estado para garantizar todos los derechos del resguardo como en materia de seguridad, reparación a las víctimas, entre otras.
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