Noticias Caracol conoció un documento emitido por la Iglesia católica ante la Corte Constitucional, el cual dice que no es pertinente hablar de familia multiespecie, es decir, que los animales de compañía sean tratados como hijos o hermanos. ¿Cuáles son los argumentos de la institución religiosa?
Las mascotas vuelven a la primera plana jurídica. Esta vez es porque la Corte Constitucional decidirá si un animal puede considerarse como integrante de la familia, como si fuera un hijo.
Sin embargo, para la Iglesia católica, el terminó familia multiespecie no aplica.
“Porque la familia está conformada por humanos, los padres, los hijos, que corresponde a ese nivel de especie, ya cuando son integrados animales no hay necesidad de llamar familia multiespecie, simplemente son animales que son queridos, respetados, se les brindan los cuidados esenciales, pero sin necesidad de atribuirles la personalidad humana”, señaló el padre Raúl Ortiz, director del Departamento de Doctrina de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC).
Entre los puntos estudiados por la Iglesia católica está el de las parejas que deciden no tener hijos, sino adoptar una mascota. Sobre esto, el padre Raúl enfatizó que, “si pueden adoptar el animal, ojalá que adopten muchos animales en situación de calle o muchos que están sufriendo, pero que no les den la categoría o el rol de hijo”.
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Para la Iglesia católica no se puede humanizar a los animales.
“El animal no está reclamando que lo vistan, no está reclamando que le hagan una ceremonia religiosa cuando se muera o que le lleven a un cementerio, entonces nosotros consideramos en la Iglesia que esto también hace parte del maltrato”, concluyó el padre Raúl Ortiz.
¿Qué opinan los ciudadanos del pronunciamiento de la Iglesia?
“Yo no sé por qué la Iglesia dice eso, si en realidad, si uno se compromete como ser humano a tener un animal o no, ya requiere como una obligación con ellos”, expresó la ciudadana Gloria de Aponte.
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Por otro lado, Luz Mila considera que “la Iglesia tiene su forma de pensar, pero no quiere decir que los animalitos no hagan parte de la familia. Las mascotas hacen parte de la familia”.
La Iglesia plantea que no se puede hablar de cometer un pecado por amar a los animales, pero si de darle su lugar sin humanizarlos.