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Varias huellas dactilares y decenas de videos de cámaras de seguridad fueron claves para capturar a los asesinos del prestamista Luis Miguel Rocha de Ubaté, Cundinamarca, en junio pasado. Los sicarios, a quienes les pagaron cerca de 800 millones de pesos por ejecutar el homicidio, fueron contratados en la frontera con Venezuela. Según la Sijín, las huellas encontradas en el interior de uno de los cajones de un mueble de la víctima y otras halladas en uno de los armarios de la casa fueron clave para identificar a los asesinos del prestamista.
"Estas personas iban en búsqueda de elementos de valor, títulos a valor, que son las letras de cambio, y al abrir los cajones quedaron sus huellas plasmadas y sangre en diferentes partes del de la casa", le contó a Noticias Caracol el intendente Guillermo Hernández, jefe de la Sijín en el municipio de Ubaté, quien detalló que así se establecieron los nombres y apellidos de los tres asesinos. "Son personas de Norte Santander, muchas de ellas con antecedentes por diferentes delitos, que fueron contratadas por el sujeto que inclusive está en el cartel de los más buscados", afirmó.
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El intendente Hernández se refiere a Carlos Andrés Lindarte Quintana, alias Cardy o Mechas, quien los contrató. Según el investigador, es un señalado jefe de una oficina de sicarios conocida como los Toches o los Turcos, que tiene su centro de operaciones en Cúcuta, en el departamento de Norte de Santander, pero actúa en todo el país. Por este hombre la Policía ofrece una recompensa de hasta 10 millones de pesos por información que facilite su captura. "Estas personas se dedican al microtráfico en ese sector y están en la disputa con la banda de los AK47 de territorios por la el tráfico de estupefacientes. Estas personas tienen injerencia en el departamento del Norte de Santander, en César, en Santa Marta, Barranquilla, Cartagena".
El asesinato del prestamista en Ubaté lo habrían planeado dos de sus exsocios. Las autoridades señalan que acabaron con su vida por una deuda. "Esta persona (Luis Miguel Rocha) acostumbraba a prestar entre 300 y 1.500 millones de pesos a personas que trabajan con el tema del carbón", señalan desde la Sijín.
Alias Mechas y sus sicarios salieron por tierra desde Cúcuta hasta Medellín, donde se reunieron con otros cómplices. El 22 de junio llegaron a la terminal de Bogotá. Una cámara los grabó caminando hacia una taquilla en donde compraron los tiquetes rumbo a Ubaté. Luego de instalarse en dos hoteles en Ubaté, explica el investigador, los sicarios fueron recogidos en una camioneta blanca por alias Jorgin, un señalado emisario de los exsocios de la víctima. Jorguin, asegura la gente, llevó a los sicarios a reunirse con sus jefes, los exsocios del prestamista, para ultimar detalles y pagarles al parecer los casi 800 millones de pesos que habrían cobrado por el crimen.
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Las autoridades determinaron que viajaron hasta el municipio de Sutatausa a hablar 10 minutos con el socio de la víctima. Luego de los 10 minutos, regresan cada uno con un rol diferente para el crimen. El rol de un hombre y una mujer era vigilar y seguir los pasos de la víctima. En otro video aparece un hombre en moto vigilando también la casa del prestamista por casi cuatro horas antes del ataque. El rol de estas personas era campanear, dar dar luz verde para que los asesinos, que están dentro de la camioneta, ingresaran cuando vieran a la víctima.
En los videos se evidencia cómo desde una esquina los llamados campaneros observan salir de su casa y en una bicicleta al prestamista Luis Miguel Rocha. Lo siguen hasta una tienda donde Rocha compra huevos. Al regresar, Rocha deja la bicicleta afuera y la puerta abierta de su casa. El momento es aprovechado por los tres icarios que se meten a la vivienda de su víctima. "Lo abordan, lo asfixian con una sábana que encuentran dentro de la residencia y con golpes contundentes empiezan a acabar con su vida. Mientras que esa persona la estaban torturando, le hicieron tomar clorox. Estas personas 37 minutos después de estar en la residencia salen, se suben a la camioneta que es conducida por alias Jorman y salen hacia la ciudad de Bogotá.
Una vez en Bogotá, cada uno toma su camino y se desplazan unos para Bucaramanga y otros para Cúcuta. En la huida los asesinos no solo dejaron las huellas marcadas en varias partes de la casa de la víctima. No se percataron de que, además, dejaron unos elementos como ropa en uno de los hoteles donde se hospedaron en Ubaté, donde las autoridades adelantaron una inspección posteriormente. "Allí encontramos una prenda de vestir. En uno de los bolsillos de esas prendas de vestir se encontraron cuatro tiquetes de viaje desde la ciudad de Medellín a Bogotá y una de Bogotá a municipio de Ubaté", explicaron desde la Sijín.
Con todas las pruebas recaudadas por los investigadores en casi dos meses, 200 horas de análisis de videos, entrevistas, vigilancias y seguimientos, la Policía y la Fiscalía coordinaron el operativo para capturar a siete integrantes de la organización. Se logró la captura de estas personas en Cúcuta, en Norte Santander; en Piedecuesta, Santander, y en el municipio de Ubaté, en Cundinamarca. Estas personas en este momento están bajo medida aseguramiento intramural por el delito de homicidio y hurto agravado.
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De la banda, sin embargo, aún faltan tres señalados criminales por capturar, entre ellos la campanera; el conductor de la camioneta, alias Jorgin, quien es buscado con circular de Interpol en México, y alias Mechas, jefe de la banda Los Toches.
WILLIAM MORENO HERNÁNDEZ
NOTICIAS CARACOL
*Con información de César Chaparro Pinzón