Al fallar una tutela en contra de una mujer que dijo que su empleada era una ladrona, recordó que las rectificaciones deben hacerse en las mismas condiciones.
Ser titular de un perfil o una cuenta es como ser propietario de un medio de comunicación, señala la entidad y aclara que “(…) lo que se publica en las redes sociales está amparado por la libertad de expresión. El amparo de dicha garantía y sus respectivos límites se aplica a internet y a las redes sociales de la misma manera que a los demás medios de comunicación. En consecuencia, está sometido a las exigencias de veracidad e imparcialidad".
Un caso que ilustra los hechos es el de un jefe que difundió a través de un perfil de Facebook que su empleada era una ladrona. Ahora tendrá que rectificar a través del mismo medio.