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“No quiero matar. Le doy 10 minutos para que me cierre el hotel”, decía uno de los delincuentes en una llamada interceptada por la Policía en su operativo.
Con más de 5 mil denuncias registradas en 2017, autoridades lograron descubrir a los llamados ‘Caciques de las cárceles’, que eran los encargados de hacer esas llamadas extorsivas desde los centros de reclusión, uno de ellos el penal Picaleña, en Ibagué.
Según el general Fernando Murillo, director del Gaula de la Policía, se realizaron “más de 190 traslados a un centro de reclusión bastante importante como es Valledupar, donde no hay forma de comunicación por parte de estos delincuentes, especialmente porque no hay señal para los móviles”.
Así mismo, fueron detenidos cerca de 200 integrantes de esas bandas. En algunos casos, informó el oficial, el cómplice llegaba “a las empresas de giros que hay en el país, reclama el dinero y luego le manda un comprobante a través de WhatsApp o las redes a los reclusos, esto nos permitió identificar plenamente que las personas que reclaman estos giros no son ingenuos, sino que hacen parte de la estructura delincuencial”.
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Funcionarios del Inpec también se vieron involucrados, agregó el general Murillo.
Seis funcionarios del Inpec, vinculados con red de extorsiones desde...
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