La alerta emitida por la Procuraduría y la Fiscalía General de la Nación, días atrás en Boyacá, señalaba que las aguas del lago de Tota tendrían altas concentraciones de plomo. Hoy, los análisis dicen otra cosa.
“A partir de este primer ejercicio de 11 muestreos se pudo identificar que no hay. Digamos, la presencia de plomo en el lago está por debajo de los límites permisibles”, manifestó Herman Amaya, director de Corpoboyacá.
Se tomaron 19 muestras, las cuales fueron analizadas en los laboratorios de la CAR Cundinamarca y el Idema. En el momento faltarían por entregar ocho.
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“Los laboratorios nos certificaron que está por debajo de 0.01, que eso está por debajo del nivel permisible”, agregó Amaya.
Así las cosas, las autoridades manifestaron que no hay concentración de plomo en el lago de Tota que afecte la salud humana.
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“Sirve de llamado de atención, de un campanazo, para que entre todos nos pongamos a trabajar conjuntamente”, indicó Ramiro Barragán, gobernador de Boyacá.
La preocupación e incertidumbre para los habitantes de siete municipios de Boyacá que se abastecen de las aguas del lago terminó. Ahora, el problema es de quienes, por el anuncio de la Procuraduría de presencia de plomo en el lago, empezaron a tener pérdidas.
“Tienen más o menos 70 toneladas paradas de producto, porque lógicamente nadie quiere comprar”, señaló César Pinzón, director ejecutivo de la Federación de Piscicultores.
Para la Procuraduría lo denunciado solo es la punta del iceberg del problema en el lago de Tota.
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“Es que el tema de la presencia de plomo en el agua es la punta del iceberg de la problemática de la falta de ordenamiento ambiental y agrario de las propiedades que se encuentran alrededor de este cuerpo hídrico”, indicó Diego Trujillo, procurador delegado para asuntos ambientales y agrarios.
Durante la mesa técnica se desarrollaron también varios aspectos que logran dejar acuerdos para la preservación del ecosistema del mar interior de Colombia.
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