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El homicidio de Sergio Bohórquez, cuyo cuerpo fue hallado en septiembre de 2015 en un pantano de Funza (Cundinamarca), fue esclarecido gracias a la investigación de la Sijín y la confesión del asesino.
La víctima fue desmembrada, incinerada y luego le amarraron ladrillos al cuerpo para que no flotara una vez lo arrojaron a un cuerpo de agua.
De acuerdo con las investigaciones, tres hombres hicieron un sorteo para determinar el que cometería el crimen. La macabra rifa fue hecha delante de la víctima. El motivo: haber pedido fiada una papeleta de bazuco.
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“Es un acontecer por un hecho eminentemente fútil, solamente por haber pedido un poco más de sustancia psicotrópica fiada a estas personas que se definen como expendedoras”, declaró el juez de garantías del caso.
Uno de los responsables del crimen aceptó cargos y fue trasladado a la cárcel de Fusagasugá. Durante la captura del homicida, uno de los policías de la Sijín recibió una herida con arma blanca en la espalda en un forcejeo.
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