La causa de la caída del helicóptero Black Hawk en el río Inírida, en la que fallecieron nueve soldados , aún no es clara. Una comisión especializada investiga para establecer con precisión si la aeronave cayó por un problema técnico o si fue impactada, resultado que se conocerá con detalle en dos meses.
Ante el hecho, el general Luis Fernando Navarro, comandante de las Fuerzas Militares, manifestó: “nosotros no podemos ser irresponsables, de matricularnos con alguna (hipótesis) de manera particular, o descartar otras. El Ejército Nacional ha desplegado un equipo de investigadores de aviación, son oficiales con una alta experiencia, calificados tanto a nivel interno como capacitación en Estados Unidos para investigar este tipo de siniestros”.
En total eran seis helicópteros los que volaban sobre la selva de San José del Guaviare, acompañados por un avión de la Fuerza Aérea, en una operación contra alias ‘Iván Mordisco’.
El primer paso era bombardear un campamento en la vereda Caño Mosco, objetivo que se cumplió, y luego realizar el desembarco de las tropas. Pero solo 5 helicópteros avanzaron y lograron desembarcar a los soldados en el punto establecido.
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Luego de cumplir la misión, las aeronaves regresaron a la base de Mitú. No obstante, el sexto helicóptero no apareció y fue cuando empezó la búsqueda en la que lo hallaron siniestrado en el río Inírida.
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No se descarta que, en medio de la noche, una pala del helicóptero haya golpeado un árbol. Tampoco desechan la idea de que al helicóptero le hayan disparado desde tierra. Eso lo definirá la investigación.
El comandante de las fuerzas militares asegura que el helicóptero estaba en condiciones óptimas para realizar la operación: “si una aeronave no está lista para la misión, no salen a operar. Las condiciones de mantenimiento y operatividad estaban plenas, son aeronaves y tripulación entrenadas”.
El trágico desenlace fue nueve militares muertos, seis heridos y dos que continúan desaparecidos. La versión de los sobrevivientes será clave.